Analizan las teatrales lágrimas de Pistorius
El sudafricano fue acusado de tomar clases de llanto para convencer al tribunal.
Una mujer desenmascaró a Pistorius: Jani Allen, reportera de gran prestigio en Sudáfrica, afirmó que el atleta ha tomado clases de llanto para impactar al tribunal. Fueron, según Allen, dos intensos meses de clases secretas para lograr que le salieran lágrimas solventes en mitad del juicio. "Lo sé de buena fuente", acusó la reportera. Y deslizó que un actor, amigo del inculpado, le enseñó a gimotear con convicción.
"Lo he visto llevarse la mano a la cara, muy afligido", afirmó Gonzalo Meza, profesor de actuación de la Escuela Imagen. Según Meza ese gesto es la fase uno del llanto forzado: la pose del devastado. Mano en la frente, ojos cerrados, impotencia. Se acompaña todo con un mar de lágrimas que caen al suelo. Meza considera que, tomando en cuenta su estilo para el puchero, Pistorius puede haber tomado dos caminos clásicos para llorar: A) Memoria emotiva: Pistorius recuerda algún pasaje triste de su pasado y se conmueve; B) El llanto biológico: No pestañear y respirar rápido. Las lágrimas llegan sin demora. Pistorius, en todo caso, ha llevado su perfomance a un extremo superior: el atleta estaría redondeando sus intervenciones con vómitos verídicos que han impactado en el mundo del teatro.
-Lo de los vómitos no sé de dónde lo habrá sacado- admite, sorprendido, el profesor Meza. Como sea, Pistorius ha realizado estas maniobras de forma persistente. Desde que comenzó el juicio en su contra, el hombre que acribilló a su novia ha llorado el 18% del tiempo que ha estado en el tribunal. Y otro 10% del tiempo lo ha destinado a opinar de la excelente relación que tuvo con su madre.
"Esto impacta a todo el atletismo", asegura, consternada, la maratonista Erika Olivera. Afirma que "le da lata lo que le pasa a Pistorius. Era un atleta destacado y lo que vive no es fácil para nada". Aún así, Olivera presume que, con estudio y constancia, cualquier persona puede aprender a llorar rápido. "Y si estudió actuación, obvio que lo puede hacer", finalizó.
Jaime Celedón, legendario experto en toda clase de actuaciones, sostiene que no sabe de nadie que haya tomado clases express de llanto. En Chile, dice, no hay cursos exclusivos para llorar. Pero hay técnicas, señala. Hay que seguir las instrucciones: "Usted, si quiere llorar, póngase triste como sea. Póngase como meta una sola lágrima al comienzo. Pero la clave de todo es la concentración". Su frase es mesiánica: Llorar está en el cerebro. J