La estadística dice que Mario Salas, ese entrenador que elude la comparación con Che Guevara y alega cada vez que alguien le dice Comandante, ha dirigido a la UC 37 veces. De esas, ganó en 20 ocasiones, empató en siete y perdió en 10. El cálculo, entonces, arroja un rendimiento del 60,36%.
Y aunque está por sobre la media de los entrenadores cruzados, su crédito ya no es el de hace algunos meses. La Católica se fue entre llantos el miércoles luego de quedar fuera de Copa Chile y, como no había ocurrido nunca, en las tribunas de San Carlos ya se dejan escuchar las primeras pifias e insultos al entrenador.
Eliminados de Copa Chile, con un pie fuera de la Sudamericana y a cinco puntos de Colo Colo en el Apertura la UC es un equipo al borde del estrés.
Desde el sábado pasado, además, José Luis Muñoz y Michael Ríos fueron borrados de las nóminas del equipo por un "acto de indisciplina" que todavía no ha sido aclarado. Y ayer el propio Ribery, hoy convertido en un hombre sumamente tenso, amagó con atropellar a un camarógrafo de TVN. Eso, informó un testigo anónimo, generó la histeria del puntero que le regaló una horda de insultos al camarógrafo. Luego casi lo embistió con su auto.
Salas, el hombre que sufre, perdió a una pieza clave de su cuerpo técnico. Marcos Cubillos, sociólogo que acompaña al Comandante desde Huachipato, renunció al club. Las razones no están claras. Un rumor de origen desconocido acusó "diferencias con el club". Cubillos, que también trabajó con Ronald Fuentes en Ibera, era el encargado de las actividades extraprogramáticas. J