Se trata de un incidente confuso que será investigado durante los próximos 70 días según estableció el Tribunal.
Es una supuesta amenaza de muerte contra un bombero de una estación de servicio, quien se presume fue intimidado con un arma de fuego por un funcionario de Gendarmería.
Todo se registró la noche del viernes en la intersección de Diego de Almagro con Avenida Grecia, hasta donde llegó el imputado.
Solicitó cargar cinco mil pesos de combustible luego de percatarse que tenía el estanque bajo y a fin de evitar quedarse en panne, optó por rellenar.
Concluida la operación se retiró del lugar y en el trayecto se percató que la aguja marcadora no había subido tras la compra.
Optó por regresar a la bencinera y exigir una explicación al bombero que lo atendió, quien según la versión del funcionario, no tuvo una buena reacción, optando por hablar con el jefe de la sucursal.
El además dirigente sindical, explicó que pudo ver las imágenes donde se ve que carga el combustible, pero es imposible acreditar si efectivamente se concretó la operación.
La versión del bombero es bastante diferente y habla de una actitud matonesca de parte del gendarme, quien le habría ofrecido un "tunazo".
El imputado reconoce haber utilizado su arma de uso personal y debidamente inscrita, al verse supuestamente amenazado.
"Él saca algo y no alcanzó a ver qué es, no puedo afirmar que era un arma pero yo reaccioné para defenderme, jamás lo amenacé", afirmó.
Dos postura que deberán ser investigadas a ver quién es el que dice realmente la verdad en este particular episodio protagonizado por el gendarme.
Efectivos de Carabineros habían realizado un patrullaje consiguiendo la detención del hombre de 36 años, quien hasta el momento tiene una trayectoria intachable durante los últimos 15 años.
El funcionario afirmó que el mismo entregó su identificación y teléfono móvil a los encargados del servicentro a fin de que lo contactaran para hablar con el jefe.
Por el momento tiene prohibición de acercarse a quien hasta el momento es la supuesta víctima. J
Desde la cárcel de Calama el jefe (s) de la unidad, capitán Martín García, reconocieron el hecho y afirmaron que se están realizando los procesos administrativos correspondiente en hechos de estas características.
"Como medida preventiva se ordenó una investigación interna la que llevará acabo un oficial de Gendarmería, quien indagará lo ocurrido independientemente de lo que haga la justicia, para determinar se le aplicará una sanción administrativa", precisó.
Redacción