Redacción
Vivían sumidos en la más profunda miseria e inmundicia. En condiciones no adecuada para tres niños aún en etapa de crecimiento.
El mayor tiene solo seis años, el segundo cuatro y el más pequeño de los hermanos solo uno.
Ninguno capacitado para hacerse responsable del cuidado propio y menos aún de los otros.
Una pesadilla que se desconoce hace cuanto tiempo ocurría, pero que quedó al descubierto gracias a la denuncia de una persona a quien le partió el alma ver el estado en que se encontraban.
Personal de Carabineros llegó a la pieza que arrendaba su madre, de nacionalidad boliviana, en una popular residencial de calle Santa María.
El acceso estaba cerrado con un candado, sin embargo desde el interior se escuchaban suaves voces que confirmaban la presencia de niños.
Los funcionarios a cargo del procedimiento ingresaron al lugar encontrando a los tres pequeños, quienes en ese momento estaban completamente desnudos.
En completa soledad, sin tener un lugar digno para realizar sus necesidades. El olor era insoportable, la imagen con que se encontraron los efectivos era impactante.
Lo primero que se hizo fue intentar ubicar a la madre de los pequeños. La labor policial permitió dar con su paradero.
La mujer de 24 años intentó explicar la situación que debían enfrentar sus hijos, afirmando que ella debía trabajar.
La información preliminar da cuenta que ella cumplía funciones en un establecimiento, salía muy tarde y el cansancio hacia que se quedará fuera de casa.
En su defensa argumentó que visita a sus pequeños dos veces por semana, dejándoles algo de comida para que tuvieran para varios días.
Efectivamente los menores tenían comida, la que se encontraba en mal estado. Cuando fueron encontrados trataban de alimentarse, comiendo leche desde un tarro que había en el lugar.
Los menores por orden del Tribunal de Familia fueron derivados hasta un hogar. Mientras que la madre, quedó a la espera de citación. Intervención policial que permitió salvar a los pequeñitos.
2 veces por semana asegura la madre que iba a visitar a sus hijos a quienes mantenía encerrado en una pieza.