Redacción

Se trata del segundo hecho de similares características ocurrido en las últimas horas en Calama.

Nuevamente un trabajador de la minería que esperaba transporte para llegar a su puesto laboral, se convierte en víctima de la delincuencia.

Estaba vez el afectado, un hombre de 39 años, se encontraba en la esquina de Vargas con Vivar, pleno centro de la ciudad, cuando fue abordado por dos desconocidos.

Según su relato, los sujetos presuntamente de nacionalidad colombiana, se acercaron en una motocicleta que venía a gran velocidad.

Se detuvieron junto a él y uno de los antisociales extrajo de entre sus ropas un arma que el afectado dedujo era de fuego.

Lo redujeron y le arrebataron todas las especies de valor que en ese momento portaba. Entre ellos dinero en efectivo, documentación personal y su equipo celular.

La inferioridad numérica impidió que el afectado pudiera repeler el robo, que incluso pudo haberle significado un ataque aún más violento.

Una vez concretado el robo, los antisociales huyeron del lugar en dirección desconocida.

El afectado realizó la respectiva denuncia, entregando las escasas características que retuvo de sus agresores, por la rapidez con la que actuaron y por la oscuridad propia del horario en que ocurrieron los hechos.

El sector fue patrullado por personal policial, pero no se consiguió la ubicación de los responsables.

En el marco de la acciones para prevenir hechos delictuales que afecten a trabajadores mientras esperan su traslado a faenas mineras, el seremi del Trabajo (s) Rubén Gajardo, hizo un llamado a los empleadores a tomar las medidas pertinentes para resguardar la vida y seguridad de los trabajadores.

Mostró su preocupación por un caso similar ocurrido en Calama, por ello recalcó que es necesario analizar los sistemas que tienen las empresas para el traslado de los trabajadores, debido al riesgo al que se exponen. Recordó que de acuerdo a la normativa laboral, el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores.

50 mil pesos en efectivo además de su equipo celular fue parte del botín de los ladrones.

Se encontraba en su hogar cuando desde el exterior comenzó a escuchar ruidos que llamaron profundamente su atención.

Salió a observar qué era lo que estaba ocurriendo, cuando vio que seis delincuentes intentaban robar su vehículo, un Nissan modelo V-16.

El hombre no estaba dispuesto a que los antisociales se fueran con su vehículo, por lo que intentó disuadirlos de cometer el ilícito.

Fue en ese momento cuando uno de los integrantes de este grupo delictual sacó de entre sus vestimentas una escopeta artesanal con la que le propinó un certero disparo en su brazo para luego huir. El hombre resultó con lesiones de mediana gravedad tras el ataque.

Durante la madrugada delincuentes ingresaron a un establecimiento educacional con un objetivo claro, conseguir un botín importante y de fácil reducción en el mercado negro.

Se desconoce cuantos fueron los que accedieron por las rejas perimetrales hasta el liceo B-10, lo concreto es que se fueron derecho hasta la sala de música de la unidad educativa.

Una vez en el interior se dieron el tiempo de reunir una importante cantidad de instrumentos, además de computadores para luego huir del lugar. En total se llevaron más de un millón de pesos en especies desde el lugar.