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Tras el aumento de casos por acoso sexual al interior de universidades del país, distintas casas de estudio han creado medidas en torno a esta temática.
Según informó ayer El Mercurio, la Universidad de Chile, hace cerca de tres años, empezó a trabajar a través de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género de la institución, en seminarios y en la creación de un manual en contra del acoso sexual.
Esto, según Carmen Andrade, directora de dicha unidad, junto con la creación hace un año de una mesa de trabajo, en la que confluyeron distintos actores del plantel para abordar este tema. Andrade apunta una complejidad de los planteles públicos: las normas que se aplican en caso de acoso varían.
Por ejemplo, si este involucra a funcionarios, se aplica el estatuto administrativo, situación distinta a si el acoso es entre estudiantes. Así, se dedicaron a modificar los reglamentos y crear un protocolo.
Respecto de este último, dice que "hoy día está en manos de la Dirección Jurídica, que está haciendo las últimas revisiones, y tiene que pasar para ser aprobado por la autoridad universitaria". Agrega que junto con ello se está efectuando un programa de formación de fiscales.
"Nos interesa también tener un equipo de fiscales especializados en el tema, de manera que si surge alguna situación de acoso en alguna facultad, los decanos puedan recurrir a estos", asevera.
En la Universidad Diego Portales, en tanto, desde hace cerca de dos años cuentan con un reglamento para conocer casos de acoso, además de una comisión conformada por la administración central y federación de estudiantes del plantel, que está revisando las reglas vigentes para ver si necesitan alguna mejora en el tema de acoso y género en general.
Para el rector Carlos Peña, tomar cartas en este asunto siempre ha sido imprescindible, pues el acoso, explica, se configura en relaciones asimétricas de poder, "y la relación educativa tiene, entre otras particularidades, fuertes asimetrías entre quienes ejercen funciones, por ejemplo profesores y estudiantes", lo que puede traducirse en situaciones inadmisibles, como abusos o acoso.
Mientras, en la Universidad Austral, la demanda tanto de los académicos como de los funcionarios y estudiantes llevó a que a fines de 2015, se constituyera una comisión contra la violencia, la discriminación y el acoso.
Esto, luego de situaciones de violencia y acoso, frente a las cuales el plantel no tenía un mayor resguardo, afirma Nicole Cornejo, presidenta de la federación de estudiantes de la institución.
En mayo, según Cornejo, el consejo académico de la universidad aprobó la propuesta que se generó de esta comisión sobre la política de prevención y sanción del acoso.
En julio, el mismo consejo aprobó el reglamento propuesto por la comisión, que crea un órgano dentro del plantel para sancionar y seguir posibles situaciones de discriminación o acoso. Así, desde agosto de este año, el reglamento se puso en práctica, y ahora, según asevera Cornejo, están en plena fase de difusión, para que con ello la comunidad sepa cómo utilizarlo y qué hacer frente a estos casos.