El último video club ya comienza a decir adiós
El "G&G", ubicado en pleno centro de Antofagasta, está dando sus últimos pasos tras luchar contra la tecnología, para ahora dedicarse a otro rubro.
Actualmente estamos acostumbrados a disponer de casi todo a la mano, gracias a la velocidad de internet. Sólo basta con buscar en Google y listo, aparecen miles de páginas para lo que estamos consultando. Y eso también ha llegado a las películas.
Está Netflix, por ejemplo, un sitio que incluso hoy viene disponible en los televisores y que permite a los usuarios tener una cuenta para disfrutar de las películas y series que quiera y en el momento que se le ocurra verlas.
Sin embargo, no tiene la misma magia y romanticismo de las décadas pasadas cuando los clientes llegaban hasta un video club para buscar sus películas, siendo atraídos por sus carátulas.
Y el último video club que queda aún con vida, es el G&G, ubicado en Baquedano y que lamentablemente, sucumbió al avance de la tecnología.
Todo comenzó hace más de 25 años y en plena época del mítico VHS (los legendarios cassette de videos), cuando este recinto comenzó a funcionar como un emprendimiento familiar.
Pamela Guerra es una de las dueñas de este histórico lugar, que actualmente se encuentra aún funcionando con el arriendo de películas en Blu-ray.
"Nosotros teníamos una tienda de confección de ropa y a mí papá con mi hermano se les ocurrió poner algo distinto, instalando así el club de video", comentó Pamela.
Tecnología
La trabajadora recuerda que antaño y en los días de bonanza tanto del VHS como del DVD, incluso llegaron a tener cien clientes al día en un fin de semana.
Pero los pasos agigantados de la tecnología, lamentablemente afectaron de manera negativa el negocio: en este mes sólo han registrado cerca de 20 personas que llegan para arrendar.
Y eso ya no lo hace rentable, según explica la dueña, por lo que han tenido que cambiar el rubro. Es por eso que hoy las ganancias se quedan en la venta de mascotas y Caja Vecina.
"A veces traigo estrenos nuevos y me trato de actualizar. Es decir, lo que yo sé que se va a arrendar igual, pero hoy el video ya no es tema para mí", dice la propietaria.
Y el poco público que va quedando son más bien los que prefieren los estilos clásicos y también los coleccionistas que compran películas en su formato físico, porque el producto así es más atractivo.
"Los que son fanáticos siempre van a preferir lo original. Me han encargado series o sagas. Por ejemplo, Star Wars completa que puede estar entre los 90 mil o 100 mil pesos, la gente te lo paga, pero son casos muy puntuales", dice.
Ya no hay vuelta atrás y Pamela incluso se atreve indicar una fecha: dentro de seis meses el mítico video club recibiría su golpe definitivo, por lo que dice que la idea es realizar un remate de las películas que están en formato DVD.
"Hoy tienes Netflix o cualquiera puede bajar una película por internet, incluso te las venden en la Feria Las Pulgas...", reflexiona.
De esta forma, poco a poco comienza a despedirse el último video club que está quedando en Antofagasta. Lentamente, baja el telón de lo que alguna vez fue el gusto de buscar una película, para después disfrutarla en la casa.