Evalúan cerrar pileta del Parque Japonés para impedir más daños
Los "pejeflaites" se roban hasta las monedas del lugar. Cuidador cuenta que el lugar se llena de copete, basura y gente robando plantas. Vecinos dicen que faltan guardias ahí, o una cámara.
Si los peces koi que esperan su turno para ir al Parque Japonés supieran las condiciones en las que van a vivir en esa pileta, probablemente arrancarían. Desde su reinauguración en febrero pasado, al Parque le han hecho daño como han podido rayando los basureros, robándose las plantas o bañándose en la misma agua donde vivirán los pescados de colores. El último escándalo lo causó una foto que circuló el fin de semana por Twitter, donde se puede ver a desconocidos metiéndose al agua como si fuera una extensión de la playa. Los 'pejeflaites', les pusieron.
Luis Daza, con diez años trabajando como aseador para la municipalidad, puede dar fe del pésimo trato de algunos antofagastinos hacia su parque. "Tiran acá botellas de cerveza, puchos de cigarro... he encontrado hasta calzoncillos", dice el cuidador.
Si al principio -cuando reinauguraron el parque- era una mala costumbre tirar monedas a la pileta cual fuente de los deseos, se ve mucho peor que la gente se meta al agua a llevárselas. Don Luis los ha visto pero no puede hacer mucho. "Si uno les dice algo, te sacan hasta la madre", comenta resignado. "La gente no cuida las cosas que son para ellos mismos", agrega.
¿Qué se puede hacer entonces? Sentado bajo la pagoda, el vecino Luis Soto no está de acuerdo con cerrarlo. "Hay que educar a la gente, nada más que eso. Y no solamente acá, tu ves la basura en las calles, vas en el vehículo y tiran cáscaras, papeles, no tienen conciencia de nuestra condición ambiental". Al lado, su compadre Julio Vivanco tampoco quiere cerrarlo, dice que con un guardia se solucionarían todos los problemas. "Con un cierre así se pierde el sentido natural del Parque Japonés", comenta el vecino, apuntando a una crianza de caracoles que vive bajo las matas junto a la pileta del sector.
Cierre
En el municipio no están pensando en guardias y -por ahora- tampoco en traer aún a los peces koi, tomando en cuenta cómo tienen el Parque. Así lo piensa la alcaldesa Karen Rojo, quien asegura que no quería ponerle un cierre al lugar pero que lo conversará con el concejo municipal. "Algo vamos a tener que hacer para asegurar ahí, estudiar la posibilidad de instalar un cierre en la piscina", dice. La idea sería cerrar la pileta -no el parque- con paneles de vidrio o con bambú.
"Rechazo categóricamente que cada espacio bonito que tenemos tenga que ser utilizado por personas inescrupulosas (...) No queremos colocar nada, pero vamos a tener que reforzar el perímetro para evitar que estas personas pasen", señala la alcaldesa, asegurando que el municipio hizo una transferencia a la Gobernación de 150 millones de pesos a principios de año, esperando poner una cámara de televigilancia ahí. "La cámara era la solución y esperamos que esté en ejecución", dice la edil antofagastina.
Consultados por "La Estrella" con respecto a esta transferencia monetaria, en la Gobernación Provincial de Antofagasta explicaron que cada año se solicita al municipio un monto para mantener las cámaras, que este año era de 157 millones de pesos. Ellos entregaron 150, pero según la entidad estatal ese presupuesto no consideraba incluir nuevas cámaras.
Meses después, en julio, el municipio volvió a oficiar a la Gobernación por una nueva cámara en el Parque Japonés y en Augusto D'halmar (población Gran Vía), pero al responder la autoridad provincial con un presupuesto para instalarla, finalmente nunca surgieron nuevos fondos para esta cámara, quedando hasta ahora sin concretarse.