Foto denuncia: Microbasurales
Al frente de un consultorio de salud y una sede social, se ubica un microbasural, donde desconocidos van a dejar muebles, basura y hasta animales muertos al sector poniente de la ciudad.
Al frente de un consultorio de salud y una sede social, se ubica un microbasural, donde desconocidos van a dejar muebles, basura y hasta animales muertos al sector poniente de la ciudad.
En precarias condiciones, unos vecinos estaban realizando algunos arreglos de la casa y también en la vía pública, mientras que transeúntes circulaban por la vereda donde se encontraba la escalera mal apoyada.
Señor director:
Recientemente al escuchar los sonidos del bombo que trae el viento desde lejos, invitándome a seguirlos, recuerdo que cada Navidad hasta el 6 de enero los niños de la corrida del Chuqui de ayer, en las latas y los dosmiles nos peleábamos para ir a adorar al niño Dios. Cruzábamos pañuelos, hacíamos saludos, nos servían bebidas y pastillas.
En el campamento de los dosmiles, en la casa de la señora Urbana y su esposo Manuel Choque, cada atardecer de diciembre veíamos que adornaban la primera pieza de la casa con un inmenso nacimiento. En el techo había un cielo lleno de estrellas, y en un rincón decoraban cerros, quebradas con caídas de aguas, pasto verde. Lo principal era el pesebre que tenía un niñito de Dios muy bello, acompañado de María y José. Lo acompañaban los reyes magos, pastorcitos con sus ovejas, un ángel y una gran estrella.
En esa sala colocaban sillas para los visitantes y músicos. Ahí generalmente colocaban música tradicional envasada en discos con villancicos navideños para adorar como el guachi, guachi torito, el avión y otras melodías. En Chuquicamata se escuchaban durante ese período la música que venían desde los Adobes, Latas. Después de las 8 pm empezaba la adoración de los adultos, se servía chocolate y bebidas. En el campamento Hundidos, se adoraba el tradicional y gran nacimiento de los abuelitos de Mario Velázquez, es el que heredó al niño con todas las piezas y hoy día el tiene el honor y obligación de seguir la tradición de preparar este nacimiento que es uno de los más antiguos del mineral. Lo trajeron desde Bolivia y se adoraba ya en Punta de Rieles. Él recuerda que la adoración la hacían con cantos, bombo y acordeón; instrumento que el aprendió a tocar. Similar a lo que hacen ahora en Calama en la Banda y en las poblaciones.
Recuerda que todos los bailes promesantes Chunchos, Gitanos, Toreros, hindúes venían a su casa a saludar al niño y en la noche del 6 de enero se hacía la despedida en las veredas de la calle entre corridas de casas. Hoy se despiden con una comida. Esta tradición de tener un niño de Dios que se adora en un nacimiento se pasa de familia de abuelos, hijos y nietos. Así don Mario hoy tiene esa misión de preparar el nacimiento para adorar e invitar a los amigos y bailes promesantes. Cuando dejó Chuquicamata se siguió la tradición en Calama en la población San Rafael, trató de seguirla en Playa Blanca en Antofagasta, pero aquí no conocen esta costumbre. Parte de nuestro patrimonio andino y los vecinos aquí están hoy reclamando por los ruidos molestos que producen las bandas de bronce.
Nancy Monterrey C.