Desde que la muerte de mujeres a manos de sus parejas fuera tipificado como femicidio, en Calama jamás se habían registrado dos hechos durante un mismo año.

Este 2016 estuvo marcado por dos violentos episodios de estas características.

El primero de ellos se registró en una vivienda en calle Pucón, sector poniente de la ciudad.

El 27 de julio, Beyni Torres de 24 años y su hija Claudia de tres, fueron asesinadas, presumiblemente por la pareja y padre de las víctimas. Habían llegado desde Perú a probar suerte, pero sus sueños terminaron a manos de un hombre de 34 años, que tras el ataque intentó quitarse la vida.

Quedó grave pero pudo sobrevivir, por lo que enfrentó a la justicia. La investigación está en curso y el 2017 debería iniciarse el juicio.

El martes 22 de noviembre Mariela Bolvarán (57) fue ultimada por su pareja a tiros. Patricio Cruz (65) luego se quitó la vida con la misma arma.

Se trataba del segundo femicidio del año, hechos que marcaron un 2016 con dos episodios graves de violencia intrafamilar.

La noche del 25 de junio quedó al descubierto el más macabro de los homicidios registrados durante el año.

Freddy Orellana Pérez (39) fue encontrado al interior de una cueva en el sector de Ojo Opache muerto y con claros signos de haber sido torturado antes de morir.

Estaba atado de pies y manos. Sus extremidades inferiores estaban fijas al suelo con estacas. Su cuerpo además había sido quemado.

Con el paso de los días además se pudo confirmar que había sido ejecutado tras recibir disparos en su cabeza.

Se convirtió en un enigma policial, esto hasta que finalmente se concretó la detención de dos presuntos responsables.

Fue luego de casi un mes de pesquisas que finalmente llevaron a su detención.

El tribunal decretó su prisión preventiva como medida cautelar y además se estableció un periodo de 120 días para investigar.

Se estima que durante el 2017 se pueda iniciar el juicio que condene a los asesinos.

Redacción

Era la jornada para aprovechar el tiempo y compartir en familia. El 25 de diciembre es una fecha para estrechar lazos con los seres queridos.

Es lo que hizo la familia Sandon-Gómez, quienes decidieron partir juntos a sus nietos a San Pedro de Atacama.

Invitaron a ser parte de este viaje a un amigos de la vida y hermano de fe, Pedro Lastarria.

Jamás nadie imaginó que ese paseo al regresar terminaría convertido en la mayor tragedia carretera registrada en la zona durante el 2016.

Una jornada que partió llena de risas y alegría, terminó en medio de lágrimas y con un profundo dolor para los suyos.

Cerca de la medianoche el vehículo en que regresaban a casa impactó de manera frontal con una camioneta.

La fuera de la colisión provocó que en el lugar de forma instantánea perdieran la vida cinco ocupantes del station wagon en que viajaban los Sandon-Gómez y su amigo, y el conductor de la otra camioneta, Walter Mamani.

Un menor de 13 años logró sobrevivir, sin embargo la gravedad de sus lesiones terminaron con su vida en el traslado que se realizó del lugar hasta el hospital Carlos Cisternas.

La Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito de Antofagasta, SIAT se encuentra investigando las causas basales de la tragedia.

El exceso de velocidad pudo ser un factor clave en esta colisión de alta energía. Uno de los móviles al momento de las pesquisas marcaba una velocidad de 170 kilómetros.

La familia y su amigo recibieron una multitudinaria despedida de sus hermanos en la fe. Pertenecían a la Iglesia Adventista.

Walter Mamani fue acompañado por su familia, quien tampoco da crédito a lo ocurrido.

El proceso indagatorio deberá determinar las responsabilidades en este accidente que enlutó a las carreteras de la región.

Siete personas fallecida y familias que aún viven la pena profunda de su partida.