Cartas
Estudiar lejos de casa
Se ha observado que los alumnos que estudian a mayor distancia de su ciudad de origen tienden a presentar un menor rendimiento que los jóvenes que viven en comunas más cercanas a su casa de estudios. Son varios fenómenos que podrían estar afectando el rendimiento, por ejemplo, junto con las exigencias académicas comunes a todos los estudiantes, a quienes deben cambiarse de ciudad, se les agrega otro tipo de exigencias y responsabilidades.
Deben responsabilizarse de gestionar sus tiempos sin tener otro que los regule desde el exterior: decidir cuándo estudiar, cuándo salir a divertirse con amigos, cuándo asistir o no a clases, etc. La distancia física con la familia es otro factor importante al cambiar de ciudad, la sensación de soledad y falta de apoyo social, pueden favorecer que aparezcan síntomas ansiosos o depresivos que afectarán la capacidad de enfrentar las exigencias académicas propias del ingreso a la educación superior.
La forma en que los estudiantes gestionen las distintas exigencias a las que se vean enfrentados en este nuevo proceso dependerá de la claridad de los objetivos que se hallan trazado, del tipo de relación que tengan con sus familias de origen, de la calidad de las relaciones que establezcan en la nueva cuidad de residencia. Podrían minimizar los riesgos de deserción practicando algunas técnicas de estudio que les permitan organizar sus tiempos de forma adecuada. Formando grupos de estudio, que también pueden tener el efecto de red de apoyo en caso de sentirse solos. Contactar con regularidad a sus familias y expresar lo que están sintiendo.
Carolina Yacoman.
Doble estándar
A propósito del criticado humor en el Festival de Viña del Mar.
Parafraseando el famoso dicho: "La culpa no es de los cómico(a)s, ellos hacen su trabajo, es lo que mejor saben hacer, la gran culpa es de los dueños del espectáculo, la alcaldesa de Viña junto a su Comisión del festival que aprueban la parrilla de artistas y el canal CHV que lo transmite buscando el resbaloso rating y de nadie más. Por otra parte, cada persona libremente compra su entrada para verlos en vivo, no está amarrada a la butaca, y además cada televidente y su familia son dueños y señores de sus controles remotos para decidir que ver en la TV.
Luis Soler.