Feria del Libro

Señor director:

Todos esperamos con ansias la llegada de marzo más que nada para celebrar el aniversario de nuestra ciudad. Además, para entretenernos con las actividades que programa el municipio.

Como anticipo de las celebraciones la semana pasada se inauguró la Feria del Libro y grande fue mi sorpresa al ir a visitarla por el alto precio de los libros.

Si bien los libros que se venden son originales no puedo más que asombrarme por el precio de estos. No puede ser que un libro no muy de actualidad llegue a costar más de

$18.000, entre otros.

Con esto se espanta a los que somos lectores. Cada año para esta fecha espero esta feria esperando que los precios sean más accesibles, pero es todo lo contrario, cada vez llegan más caros.

Ayer asistí a la feria de las pulgas y encontré varios de esos mismos libros a precios entre $4.000 y $6.000, claro que son libros piratas. Pero los ojos no diferencian entre original y pirata.

Eduardo López

Turismo: señales contradictorias

Hace unos días se conoció detalles del Plan de Turismo Sustentable, iniciativa gubernamental que impulsará el desarrollo turístico de la región y, con ello, contribuir a diversificar la matriz productiva. Sin embargo, en Calama ha sucedido un hecho que va en sentido contrario y que ha pasado casi desapercibido: el cierre de la Oficina de Información Turística. Dirán que no se ha cerrado, pues la trasladaron desde las dependencias en Avenida Granaderos para llevarla a la casa central de la Corporación de Cultura y Turismo. Pero seamos serios, un servicio de este tipo no puede estar relegado a una pequeña oficina enclavada en un segundo piso y donde se debe pedir permiso para acceder. La Oficina de Información Turística promediaba en torno a las 500 consultas mensuales mientras estuvo en Granaderos. Ciertamente eran muchos más antes de despojarla del Parque Manuel Rodríguez cuando éste se remodeló. Allí llegaban no solo turistas nacionales y extranjeros, también calameños que buscaban orientación para conocer su territorio. Así, se da una señal que sigue restando importancia al turismo en una comuna que requiere abrirse pasos a aquellas industrias que brinden sustentabilidad y nuevas oportunidades.