Un hombre de 19 años resultó con lesiones de diversa consideración luego de asistir a una fiesta con un grupo de amigos.
Cuando la jornada estaba concluyendo, uno de los comensales se abalanzó contra él y lo agredió. Luego volvió con un objeto contundente golpeándolo en distintas partes de su cuerpo para posteriormente huir. El acudió en busca de atención médica al hospital local.
Recibió un ataque gratuito luego de haber sindicado como el responsable de un delito que afirma no haber cometido.
El conductor de un taxi colectivo de 58 años, afirma haber sido víctima de una brutal agresión.
Eran cerca de las cuatro de la tarde cuando se encontraba detenido en el sector sur de la ciudad, específicamente en la intersección de Ojo Opache con O'Higgins.
De forma sorpresiva apareció un grupo de desconocidos. Alcanzó a contabilizar cerca de 10 que aparecieron en diferentes vehículos.
Lo rodearon y comenzaron a insultarlo, acusándolo de haber cometido un ataque del que afirma no ser el responsable.
Nada de lo que dijo fue suficiente para sus atacantes, que hicieron caso omiso a lo que decía el afectado.
Lo agredieron entre todo. La inferioridad numérica había imposible que opusiera resistencia.
Luego se percató de un detalle que llamó su atención. Todos los agresores comenzaron a fotografiarlo.
En ese momento le dijeron que el próximo ataque sería cibernético, porque sería víctima de una "funa" en las redes sociales.
Concretado el ataque el grupo se retiró del lugar en dirección desconocida, mientras el solicitaba ayuda personal policial.
Aportó los antecedentes y la descripción de los vehículos, realizándose un patrullaje por el sector en busca de los agresores.
Las alarmas de seguridad alertaron de la ocurrencia de un robo al interior de la Escuela Andrés Bello. Personal de la SIP de Carabineros que estaba por el sector acudió de inmediato al llamado, descubriendo al interior del recinto educacional a un sujeto de 34 años con antecedentes. El sujeto no alcanzó a robar especies y fue derivado a la unidad policial para su posterior control.
Un control en la garita Enaex permitió la recuperación de siete kilos 50 gramos de pasta base de cocaína.
Fue el perro detector de drogas, Moro, quien marcó la presencia de sustancia ilícita al interior de un equipaje. En el interior cardianes de vehículos donde estaba oculto el cargamento. No se ubicó al propietario pero se sacó de circulación de 35 mil dosis.