"Nico" Gavilán

Estimado director:

En muy buena hora y muy merecido es el millonario premio que se ganó Nicolás Gavilán. Ahora es de esperar que tome las mejores decisiones de cómo manejar e invertir su dinero. Le van a sobrar los que quieran aconsejarlo, cercanos y los "típicos aparecidos" que nunca faltan, o con sorpresa descubrirá de repente que su familia era más grande de lo que conocía, pero su demostrada mesura, lo metódico y reposado de sus acciones, le debieran augurar un muy exitoso y feliz futuro.

Pero igual, ojalá que alguien le cuente al "Nico" el patético caso del modesto "Maestro Cárdenas" que se ganó un millón de dólares en 1976 en la Polla Gol y que por culpa de las malas decisiones, de las malas juntas y de los oportunistas, lo perdió todo y para colmo quedó muy endeudado. La familia lo estafó, que era una financiera de la época.

Reflexión final a la manera de "Pasapalabra"... "Nico", con "O", órgano de la vista en los seres humanos y animales..., exactamente ojo, mucho ojo, con todo lo que emprendas de ahora en adelante.

Atentamente,

Luis Enrique Soler Milla

Respuesta

Señor director:

Cada uno tiene su opinión sobre el arbitraje. Permítame responder la carta de don Pedro Díaz Toro.

En un partido si no hay cooperación y lealtad de jugadores con el rival, el árbitro tiene que aplicar el reglamento como corresponde. Es ahí donde viene la furia de ciertos elementos que se enfurecen y cargan con el réferi, con amenazas, garabatos o incluso con intentos de agresión.

Usted, don Pedro ¿sabe lo que es controlar a 22 jugadores con distintos modos de actuar? Es difícil y complicado. Hay segundos para sancionar. Señores que en la cancha tienen mal carácter se transforman.

Siempre defenderé a los árbitros porque lo viví, y además es ingrata la labor que ellos cumplen.

Y por último don Pedro, es su opinión.

Waldo Campusano Álvarez