Hace pocos días se sintió un fuerte sismo en Calama, que no hace más que recordarnos que vivimos en una zona altamente sísmica. Sería bueno que la población fuera responsable y estuviera preparada para que en cualquier momento se registre el tan esperado megaterremoto del norte. Lamentablemente, la conciencia sólo les dura hasta que pasa el fenómeno de moda y después nadie junta agua, alimentos no perecibles, medicamentos básicos y linternas. Muchos incluso miran feo cuando las familias dicen que tienen un plan no solo de evacuación, sino que de coordinación en caso de que no todos estén en el hogar. Es bueno que este tema se converse de forma constante y no sólo cuando nos vemos afectados por fuerte temblores.

Me parece a lo menos extraño que las autoridades sigan manteniendo que las cifras de victimización han ido en baja, cuando todos los días incluso entre los propios vecinos nos enteramos que entran a una o dos casas por cuadra. Los delincuentes tienen cada vez menos respeto, si ahora les da lo mismo que haya gente en el interior, entran para conseguir especies que reducir y así obtener dinero. Con tanto delito que se comete en Calama, como se puede hablar de que ahora nos sentimos más seguros, si es cosa de ver que cada día las casas más que un hogar cálido, parecen verdaderas cárceles evitando ser víctimas de las delincuentes. Que terrible saber que los buenos se encierran y los malos caminan libres como si nada.