Estas son las imprentas que compró Luis Emilio Recabarren
l Javier Andrónico C.
La sede del Partido Comunista de Antofagasta tiene en uno de sus talleres, lo que podría estar perfectamente en un museo histórico: dos imprentas y una prensa que datan de la primera parte del siglo XX y donde una de ellas fue comprada y utilizada por Luis Emilio Recabarren, fundador en 1912 del Partido Obrero Socialista (POS) que posteriormente se llamó Partido Comunista de Chile.
De hecho, hasta 1973 la casona, ubicada en calle Covadonga Nueva figuraba a nombre del propio Recabarren.
Dichas imprentas y prensas que hay en el local se utilizaron para imprimir el diario El Popular (perteneciente al PC), entre otras publicaciones del partido.
Jilberto Jamett, militante comunista de toda la vida, fue quien trabajó en El Popular en su cuarta y última etapa. Llegó incluso a ser Representante Legal y Administrador del periódico.
"Los 60s y principios de los 70s fueron años muy lindos, había mucho compañerismo. Trabajábamos para y con el gobierno de Allende. Lamentablemente, el mismo 11 de septiembre los militares llegaron a la sede y se adueñaron de ella", recuerda Jamett al interior de lo que fuera la imprenta de El Popular.
A pesar que el mismo día los militares pasaron a ser "dueños" de la sede del PC de Antofagasta, Jilberto reconoce que los uniformados que estuvieron a cargo del recinto, no dañaron las maquinarias.
Otro que trabajó en El Popular fue Omar Paredes (65) quien en dichos años ya pertenecía al PC y todos los días recogía el diario en las mañanas para ir a repartirlo.
"Durante los años de El Popular (en su cuarta etapa) yo ya estaba en la militancia y venía a buscar el diario para írselo a entregar al alcalde Germán Miric. Era un trabajo esforzado pero muy lindo, porque uno trabajaba con ganas y creía en lo que se estaba haciendo", recuerda Paredes.
Jilberto Jamett rememora las rabias y enojos que pasó cuando estaba a cargo de El Popular, ya sea cuando iba a la imprenta o en la sala de redacción donde tenía su oficina.
"Trabajábamos principalmente con estudiantes de periodismo y eran muy buenos. Pero los que más me hacían enojar y ponerme nervioso eran los prensistas. Muchas veces no llegaban y nosotros, junto a los niños de la JJ.CC, teníamos que doblar las páginas que eran súper grandes porque era tamaño Mercurio y si no lo hacíamos rápido no alcanzábamos a entregárselos a los suplementeros", cuenta Jamett.
Pero no todo giraba en torno a la imprenta a mediados del siglo pasado. El local tiene muchas otras historias que contar.
Para muchos militantes antiguos del partido, la visita de Víctor Jara durante la Unidad Popular fue algo emocionante.
Uno de los comunistas antofagastinos que estuvo con Víctor Jara en su visita fue Omar, quien reconoce que cuando vio al cantautor "sintió algo especial".
"Víctor irradiaba algo especial. Él era una excelente persona, y no lo digo porque sea comunista igual que yo. Él era un hombre honesto, noble, transparente. Me saco el sombrero delante de él y su legado", expresa Paredes.
Siguiendo con las visitas relevantes, el autor de Norte Grande, Andrés Sabella, fue otro destacado militante antofagastino.
"Sabella era un hombre convencido de que se podía cambiar Chile. Sus ideas las tenía muy claras y sabía para donde iba la cosa. Y con respecto a su legado en la poesía, no hay nada que decir, basta con leer su obra", con esas palabras Nelly Lemus, también militante del Partido Comunista y una mujer ligada a las artes durante toda su vida, se refiere al poeta antofagastino más importante. J
Luego de recuperar la sede -que estaba en manos de Gendarmería- en 2005, los militantes del PC de Antofagasta, comenzaron a ordenarla y repararla, con especial cuidado en las imprentas que compró el fundador del partido.
Según cuenta Miyarai Díaz, militante de toda la vida del PC, hace años están viendo qué se puede hacer para restaurar las históricas máquinas. Rodolfo Vargas, miembro de la JJ.CC, dijo que "lo ideal sería hacer un museo".