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Mochileros prefieren Calama para emprender nuevos rumbos

Vienen de diferentes regiones en busca de nuevas aventuras. Quieren conocer nuevos paisajes.

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l Bryan Saavedra López

Sebastián (22) es de Ovalle, acaba de llegar a Calama junto a su polola Darleth (18) cargados con mochilas enormes. "Nos vamos a ir a Perú mochileando", cuenta Sebastián en el centro de Calama. Él ya ha recorrido la III Región y el sur de Chile, a diferencia de Darleth que es su primera vez mochileando.

El anhelo de ambos es llegar a Machu Picchu. Los padres de Sebastián están preocupados por la lluvias que han caído sobre el Cuzco, pero él está tranquilo y sabe que ahora más que nunca debe ser responsable de su vida.

Sebastián estudia Prevención de Riesgos y una vez viajó por varios lugares del país con apenas cuarenta mil pesos. "Hay que hacer durar la plata no más y pedir", explica su fórmula Sebastián, quien se quedará dos días en Calama junto a su novia para luego iniciar su aventura hasta el Perú.

Sebastian y "Tami" acaban de salir de una agencia de buses de Avenida Balmaceda, andan cotizando los pasajes para partir a Bolivia a la brevedad. Él estudia Auditoria y ella Médico Veterinario. Su plan es simple: recorrer Bolivia, pasar a Perú, visitar Machu Picchu y bajar por Arica a fines de febrero.

Ambos aclaran que su presupuesto es "lo que se juntó", pero tienen claro cómo cuidarse porque ambos manejan nociones de artes marciales. "Eso nos da seguridad, porque la mayoría de la gente viene en grupo, pero en el caso de a dos es más sencillo", relata Sebastian.

El joven aclara que los mochileros deben prepararse en cuanto al tema financiero. "Nuestras expectativas es que nos alcancen las lucas y lo pasemos genial, conocer todo lo que podamos conocer", explica Sebastian.

Ellos se han asesorado con otros mochileros y por eso no quieren mucho a bajo costo. Eso dicen y luego parten a otra agencia de bus para adquirir dos pasajes rumbo a Uyuni, Bolivia.

La historia de Mario Reyes (40) es diferente. Él es de Valparaíso y trabaja en Calama vendiendo pasajes en bus. Él sigue viajando cuando trabaja de junior en los buses. Él mochileó desde los 14 años y hoy todavía siente pasión por conocer lugares.

Mario estuvo muchos años encerrado, tanto en un internado como cuando se metió en problemas, según él eso le dio más ganas de conocer y vivir. "Siempre he tenido esa alma errante de estar en constante movimiento y no sólo en un lugar", relata Mario.

El hombre hoy piensa que los mochileros entregan más que antes, ya que también se dedican al arte callejero y no sólo a pedir dinero. "Entonces tienes que darte cuenta que tienes sólo una vida y si te dedicas sólo a trabajar, y no a disfrutar ni a conocer, entonces de qué te sirve estar juntando plata si no has vivido el fruto para lo que te has esforzado", explica Mario Reyes. J

l Mario Reyes tiene 40 años ha mochileado desde los 14. Su pasión por viajar no terminar porque trabaja en una agencia de buses. El hombre cuenta que "cada ciudad tiene su atractivo, por el calor siempre me ha gustado el norte, pero cuando fui conociendo el sur me encontré con lugares montañosos muy preciosos". Además aclara viajar como auxiliar de bus es diferentes al mochileo por las responsabilidades. "En cambio de mochilero tú vives la aventura y la vida no más. Si tienes problemas pescas tus cosas y te vas no más", cuenta Mario desde su lugar de trabajo.