Los adultos pueden hacer mucho para protegerlos y darles apoyo.
l Redacción
El terremoto ocurrido en el norte de nuestro país puede haber afectado el curso normal de las cosas, generando una pérdida en la sensación de seguridad con la que vivimos habitualmente.
Es por ello que los psicólogos del servicio Fonoinfancia (800 200 818) de Fundación Integra, entregan algunas recomendaciones para que los adultos a cargo de niños puedan contenerlos y devolverles la seguridad que han perdido.
La Encargada de la Unidad de Promoción y Protección de la Infancia, Marta Madariaga, explica que luego de una situación como la ocurrida ayer, "es normal que los adultos sientan miedo, impotencia, confusión y se sientan sobrepasados en su capacidad habitual para enfrentar problemas".
Por eso, recomienda hablar de los hechos y sentimientos que provocan estas reacciones para manejarlos de mejor manera. Agrega que "en la medida que, con otros adultos, pueda compartir sus vivencias, hablar de lo que piensa y siente y en la medida de lo posible apoye a otros, podrá ir recuperando, la tranquilidad y autocontrol".
La experta de Fonoinfancia explica que los niños pueden sentir miedo, confusión, pena; creer que pueden quedar solos; sentir que los adultos los ignoran porque tienen otros problemas; sentir que están en peligro o pensar que su mundo cambió y no saber cómo adaptarse.
Si los síntomas persisten por largo tiempo o interfieren demasiado en las actividades habituales de los niños, puede consultar a un especialista o contactar a Fonoinfancia de Fundación Integra (800 200 818). J
l Ayudarlos a comprender lo que está ocurriendo, por ejemplo por qué se producen los terremotos en palabras simples de acuerdo a la edad del niño. Explíqueles lo sucedido con calma y claridad, diciéndole a sus hijos/as lo que sabe. No minimice ni exagere la situación. Trate de evitar que los niños vean situaciones de descontrol o pánico en los adultos. Recuerde que para ellos los adultos suelen ser referentes importantes de comportamiento. Explíqueles lo que aparece en la televisión y en la radio o cuando los adultos comenten malas noticias. No asuma que por ser niño o niña, no se da cuenta de lo sucedido.