Sismo pilló en el mar a adictos al "body" y ayer regresaron por olas
Los deportistas dicen que no se asustan y llegaron temprano en busca de más.
l Andre Pierre Malebrán T.
Arturo Soto estaba con otros cuatro amigos buscando olas para deslizarse en la noche, perfeccionar sus giros y maniobras, en un momento tan especial como curioso. Dice que allá dentro, concentrado solo en el sonido de la marea, no sintieron nada del sismo, pero al ver el comportamiento de las personas y posteriormente el sonido de las sirenas, emprendieron la salida de la playa Budeo por el sector de Nicolás Tirado.
"La mar no tenía nada que nos pudiera dar información de algo raro (...) nosotros siempre estamos mirando el mar y sabemos altiro cuando hay un cambio de marea. La gente tiene que estar siempre mirando el océano porque se nota cuando hay bajas o hay llenas (la marea)", comenta Soto, bodyboarder local.
Cuenta que ellos no pudieron percibir ninguna alteración anormal, razón por la cual retornaron al pacífico sin preocupaciones.
"Como se supo que no venía un maremoto fuimos temprano a ver si había oleaje pero ha estado súper chico. No ha cambiado en nada. Cuando fue el terremoto de Japón (en el 2011) nosotros fuimos en la mañana y las olas estaban súper buenas pero ahora no pasó así. Esperábamos que si no había un maremoto por lo menos las olas estuvieran buenas pero no fue así", relata el deportista.
Afirma que según su percepción, y la de sus amigos, todas sus expectativas de encontrar una histórica jornada acuática no se cumplieron.
"¡Decepcionados total! Imagínate que desde temprano en la playa, de las siete y media que esperábamos que llegue algo de olas pero no sucedió", agrega.
De igual forma nadie puede negar que el ambiente está extraño, recalca. "Salpicada" es la palabra para describir cómo observa el agua de las costas antofagastinas. Sin mucho viento pero sentía el mar como si lo hubiera, con ese tipo de movimientos, recuerda.
Ayer, se armaron temprano con sus implementos y repitieron el ritual. Con sus tablas bajo el brazo se acercaron al litoral. Siete y media de la mañana y el resultado fue el mismo: otra decepción.
Fueron dos sismos importantes, dos alertas de tsunami, dos oportunidades para repetir el festín vivido en aquella mañana siguiente a la del maremoto nipón, pero para lo que algunos fue una tranquilidad, para estos antofagastinos se transformó en un pequeño malestar.
Pero entienda usted lo siguiente. Ellos no deseaban un desastre y una subida del mar, no. Lo que ellos argumentan es que ante la calma ya restablecida en todo el país, y ante la tranquilidad de saber que no había motivos para arrancar del borde costero, ellos pudieron obtener un pequeño trofeo de la naturaleza, un "petit bouche" deportivo.
Finalmente dice que los deportistas que tienen experiencia y conocimiento del mar, saben que hay tiempos o lapsus en los que un tsunami pueda desatarse, aunque reconoce que si no sonaban las sirenas no se habría dado cuenta. J
l En los pasados movimientos telúricos, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) entregó durante la noche el horario previsto del arribo de las olas luego de ser decretada la alerta de tsunami en las diferentes regiones del país.
En el primer terremoto (martes) el SHOA canceló la alarma de tsunami en todo el territorio nacional, unas diez horas después de que se decretara la evacuación de la población en las zonas costeras.