Soy nacido y criado en esta maravillosa tierra de sol y cobre. Todos los días, a las 07:30 de la mañana, ya estoy recorriendo las diferentes calles de esta maltratada ciudad.

En cada esquina siempre encuentro alguien a quien saludar, sobre todo personas que están dispuestos a entregarlo todo por su terruño, además de querer ser un aporte a nuestra sociedad.

Me encanta escucharlos y a la vez me da mucha pena, porque ellos necesitan ser considerados y no todos están dispuestos a hacerlo.

Muy pronto veremos la reinauguración del estadio municipal de Calama. Se levantan voces de distintos sectores sociales, deportivos, políticos, etc., para darle un nuevo nombre a este recinto deportivo.

Se recuerdan a jugadores, dirigentes, profesionales de los medios de comunicación, etc. Sin duda que todos merecen ser recordados y homenajeados, porque entregaron sacrificio por esta provincia. Algunos muy bien pagados, otros no tanto, en fin igual merecen respeto. Mi pasión por saber cada día mas del lugar que me vio crecer, me hace preguntar ¿quién fue la autoridad de turno o quién fue el de la idea de construir un estadio en Calama?

En el kiosco rojo de mi gran amigo Edmundo Pizarro E. encontré la respuesta. Él dice que "fue el alcalde de la época, don Ernesto Meza Jeria" .

Es donde me doy cuenta que muchos de nosotros olvidamos muy rápido el pasado.

Al kiosco rojo de mi gran amigo Edmundo Pizarro E. llegamos todos y si preguntamos algo de Calama, él lo sabe todo. Entonces desde esta esquina de Granaderos con Carlos Cisternas, planteamos mis queridos vecinos de esta maravillosa tierra loína, que el estadio lleve por nombre el del alcalde de los años 1940 en adelante. Y que bajo su administración se construyó el estadio, es decir alcalde Ernesto Meza Jeria.

Ojalá el actual alcalde y autoridades consideren estas humildes líneas y trabajen para que no quede en el olvido este hombre, que seguramente en el mas allá descansa con la conformidad de haber dejado un recuerdo en nuestra querida Calama.

Ramón Colomar

Encuentro terrible cuando camino por el centro de Calama y veo cómo los niños caminan junto a sus padres y van tirando los desechos al piso, sin darse el tiempo de acercarse a un basurero y utilizarlos. No sé si es definitivamente falta de cultura o es que faltan más receptáculos en el sector centro. Aunque a veces la flojera es más grande y lo más sencillo es tirar todo de una vez al piso.

María Córdova