24 años sin avanzar a semifinales
mercurio
lNo ganar un Mundial desde hace 28 años es un problema, pero pasarse 24 sin superar los cuartos de final tiene perfiles ya de afrenta para un fútbol de tanta historia como el argentino.
'La pelota la veo pasar todavía al lado de mi carita, todavía siento el vientito...'. La frase es de Carlos Roa, el arquero de Argentina en Francia 98 que se encontró en el minuto 89 de un partido jugado en Marsella ante un tanto de Denis Bergkamp, quizás el gran gol de la carrera del holandés.
'Si me hubiera pegado en la cara... ¿Por qué no me pegó? Trato de no pensar en ese momento, porque me deprimo, me agarra un fastidio terrible, son oportunidades únicas que se te van y no vuelven'.
La frustración de Roa se refleja en un reciente libro, 'Así jugamos', en el que los periodistas Pablo Vignone y Diego Borinsky reflejan los 25 partidos más importantes de la selección argentina, entre ellos varias frustraciones.
Las dos más recientes fueron ante Alemania, también en cuartos, y los argentinos aún debaten cuál implicó un dolor mayor: si la derrota por penales en el Estadio Olímpico de Berlín en 2006, o la inesperada goleada de 4-0 sufrida en Ciudad del Cabo en 2010.
De aquella tarde de verano en Berlín persiste el recuerdo de un murmullo sordo en el primer tiempo. Decenas de miles de alemanes seguían atónitos, casi impotentes, por momentos con rabia, la exhibición del equipo de José Pékerman en los primeros 45 minutos.
Argentina debió ganar con claridad en los 90 minutos, pero se relajó en el segundo tiempo, Pékerman realizó, forzado por un golpe al arquero Roberto Abbondanzieri. J