l Bryan Saavedra López
Bolsas, cajas con ropa, vasos, cajones, frutas y verduras podridas adornan la tarde y posterior noche dominguera de la calle Arauco, desde Hurtado de Mendoza a Ramírez. Los desperdicios son retirados recién el lunes por la noche, cuando la feria rotativa clausura su estadía. ¿De quién es esta basura?
Según la presidenta regional de las Ferias libres, María Albornoz, estos restos los dejan los feriantes ilegales, quienes prácticamente se tomaron la calle Arauco por el día domingo.
'Acá pareciera que estuviéramos en un pueblo sin ley, porque estas personas hacen lo que quieren', comentó Albornoz.
Agregó que los feriantes legales son cerca de 520 personas, quienes pagan un permiso semestral de 50 mil pesos, los que venden cosas usadas y de 100 mil los que comercian con artículos nuevos.
En contraste, los feriantes ilegales -según Albornoz- bordean la cantidad de tres mil y se toman la Feria de Las Pulgas, perjudicándolos económicamente.
'Acá las autoridades son doble estándar. Ellos nos dicen que no tienen idea de esto, y yo no entiendo cómo pueden ser concejales si no conocen los problemas de la ciudad', dijo Albornoz.
Lamentablemente, los que sienten estas consecuencias son los vecinos de la población Gustavo Le Paige, quienes deben lidiar todos los domingos con la basura que queda fuera de sus hogares.
Juan Freider, un poblador del sector, comentó que 'la mayoría de los domingos me dejan una bolsa con ropa fuera de mi casa'.
El mismo poblador aseguró que su madre se esfuerza para limpiar el frontis de su hogar todos los domingos por la noche.
Otro vecino de la población, Ricardo Villalobos, también se mostró molesto por la basura.
'Ahora está limpia la calle comparado con lo que dejan normalmente. Esta basura se queda hasta el lunes, cuando se pone la feria rotativa. Ahí recién vienen a hacer aseo en la calle'.
César Quidel, un feriante que no trabaja en la calle Arauco, explicó que no tiene educación para laborar en otra cosa. Además dijo que a diferencia de otros deja limpia su sector y no ha podido obtener el permiso correspondiente, porque su mujer es boliviana. 'Lo único que nosotros queremos es trabajar como corresponde', dijo el feriante. J
l Los vecinos del sector de la feria se sienten indignados por la suciedad que hay fuera de sus casas. Algunas abuelitas de estos hogares deben barrer y luego regar para evitar los malos olores.