l Roka Valbuena
Eduardo Andrés Vargas, el padre, piensa que a Eduardo Jesús Vargas, el hijo divino que juega fútbol, le irá muy bien en Inglaterra. Esto lo dice en plena tarde chilena justo en el instante en que el jugador, alias Turboman, el superhéroe de la franja derecha, cruza Europa en un avión con su mano enlazada en la mano tersa de Daniela Colett, su novia. El padre reitera que su hijo llegará lejos. Y lo cierto es que, a sus 24 años, Eduardo Jesús ya está ubicado a 11.009 kilómetros de Renca. Eduardo Vargas ha llegado al Queens Park Rangers de Londres.
'Va a andar'. Así, con tres palabras y un pálpito positivo, el padre resume el futuro del hijo. Va a andar, señala, porque en Inglaterra la pelota corre muy rápido. Si la pelota corre rápido, mejor para los rápidos, dice el señor Vargas, padre de un velocista. Va a andar, reitera, porque allá juegan al ataque y eso es bueno para los atacantes. El padre del crack, un gentil hombre sintético, no da más detalles. Sólo confirma que Turboman, como gran velocista, aceleró los trámites, dejó Italia con alivio, viajó enamorado y se hará unos exámenes médicos.
-El Edu quedó choreado con el Nápoli. No estuvo cómodo.
-No sé. No fue no más.
-Sí. Edu está cómodo. Es lo último que supe.
El único momento en que el padre, que actualmente monitorea a gritos destemplados un centro deportivo comunal en Renca, parece descompuesto es cuando se habla del Arsenal. Sube la voz gradualmente y declara: 'Fue chiva eso. Nunca fue verdad. Nunca hubo nada'. Jamás fue realista la dupla de héroes nacionales compuesta por el Niño Maravilla y Turboman. Al menos, no en la cancha. En la cancha serán rivales furiosos: Arsenal y Queens Park Rangers es un viejo clásico londinense. Fuera de la cancha, tal vez, serán dos ídolos recorriendo pubs (sumemos al Huaso Isla, nueva figura del QPR). El problema será la comunicación.
-Chuta, el Edu no habla ni jota de inglés- dice.
-Yo cacho. J