Señor director: Escribo para dar cuenta de mi malestar como conductor. Hace un par de días le cursaron un parte a mi hijo por estacionarse en un lugar en el que estaba prohibido. Comparto que no debió hacerlo y debe pagar por la falta que cometió. Mi molestia pasa por qué los Carabineros que se dedican a sacar tanto parte por autos mal estacionados, no cursa infracciones también a los peatones imprudente que cruzan en cualquier lugar y que obligan a rápidas maniobras para evitar atropellos. Atraviesan avenidas y calles por mitad de cuadra o pese a estar el semáforo en rojo. La cosa debe ser pareja, reconozco la falta cometida por mi hijo y la pagará como corresponde, pero hay otras faltas a las que hace mucho se le hace la vista gorda.

Jorge Collao

La memoria es frágil, pero ciertamente la historia golpea fuerte y vuelve por sus fueros. Éste es el caso del llamado 'Movimiento Calama', conformado por un puñado de sacerdotes liderado por el padre holandés, Juan Caminada, que dio los primeros pasos para que una Iglesia -ligada más al poder- sintonizara con las demandas de los trabajadores y el mundo obrero.

Señores, dejemos de estigmatizar y tapar el sol con un dedo. El consumo y tráfico de drogas en colegios ocurre también en los privados y caros, lo que ocurre es que esa realidad nadie la quiere reconocer y se hacen los lesos y es mejor decir que la gente pobre es la que sufre este problema. Hasta cuándo la tontera de la diferenciación de clases.