Las grúas y sus historias en rescates de accidentes
Es la madrugada del domingo. Son pasadas las cinco de la mañana, y las principales arterias viales de Antofa están casi desiertas.
Desde el sector sur de la Perla, específicamente del Huáscar, un grupo de jóvenes sale de una de las discotecas y se suben al automóvil de uno de ellos.
El joven conductor, que no tiene más de 25 años, no es el dueño del auto, legalmente es su papá.
Son cinco amigos, y todos ellos bebieron alcohol en el carrete, incluido el conductor.
Encienden el motor y se dirigen a la casa de uno de ellos a seguir celebrando.
Apenas alcanzan a recorrer unos pocos kilómetros y cuando llegan a la rotonda de la minería y debido a la alta velocidad en que transitaban, el vehículo vuelca.
Afortunadamente los jóvenes no tuvieron mayores lesiones, pero el auto quedó con serios daños por lo que tuvo que ser remolcado por una grúa hasta el domicilio del joven conductor.
Ese es uno de los accidentes más comunes que Vladimir Eterovic (45), dueño de "Grúas Brac", debe auxiliar todos los días, ya que, para entender mejor la situación, según datos de la municipalidad, Antofagasta tiene un parque vehicular cercano a los 100 mil vehículos, incluidos colectivos, micros, camiones y vehículos particulares.
15 años
Don Vladimir comenzó hace más de 15 años en el rubro del transporte, pero no con grúas, sino con camiones de reparto de carga.
"Con ese trabajo adquirí mucha experiencia, porque es una labor donde hay que tener mucho cuidado, no es llegar y manejar un camión", cuenta.
Eterovic trabajó durante casi 10 años con camiones, pero un día, cuenta, quiso cambiar de labor aunque siempre en el rubro de los vehículos, así que se decidió y compró tres grúas para rescate y asistencia vehicular. Fue más o menos en 2009 cuando nace "Grúas Brac", cuyo nombre viene de una isla croata.
familia
La empresa de don Vladimir es una pyme casi netamente familiar y es conformada por cinco personas: Vladimir Eterovic (dueño), Marta Castro (esposa y recepcionista), Slavica Eterovic (hija y administrativa), Pedro Henríquez (operador y cuñado) y Juan Quintanilla (operador).
"Somos una familia de descendientes croatas y también antofagastinos, ya que hemos vivido toda nuestra vida acá y el objetivo de la compañía es ayudar en lo que se puede a la comunidad", explica don Vladimir, quien además es voluntario de la Tercera compañía de bomberos, Bomba Hrvatska.
"Grúas Brac" cuenta con tres máquinas, una de ellas llamada de rescate-levante y dos grúas cama.
Con esa maquinaria y durante los últimos cinco años de trabajo, Vladimir ha visto cientos de accidentes y por tanto, ha tenido que presenciar hechos bastante lamentables donde hay víctimas fatales.
vivencias
Le consultamos a don Vladimir por cuál es la historia que más lo ha marcado en los cinco años que lleva trabajando en los rescates y asistencia mecánica en las carreteras de la región.
Queda pensativo un momento y al final cuenta que "una vez una familia de gitanos se volcó a la altura de la Mano del Desierto. Gracias a Dios no falleció nadie ni tampoco hubo heridos graves, pero no sólo venían adultos, sino también menores y el auto se dio como siete vueltas. Tuve que remolcarlo varios kilómetros", recuerda el jerarca de "Grúas Brac".
Otra de las vivencias, aunque mucho más cómica, que marcó a don Vladimir es la del jeep que cayó a la piscina artificial que está ubicada en la costanera.
El hecho sucedió en agosto de 2013, donde el vehículo apareció dentro de la piscina, aunque sin los ocupantes.
"Carabineros me llamó muy temprano y cuando llegué no lo podía creer. Un jeep totalmente dentro de la piscina fue muy raro. Así que ese día tuvimos que utilizar la grúa pluma para levantar el móvil. Fue un trabajo complicado", explica Eterovic.
En la misma costanera pero hace pocos meses ocurrió otro accidente vehicular donde las grúas de don Vladimir fueron fundamentales.
La mañana del miércoles primero de octubre de 2014, un auto sedán impactó de frente el muro de un restorán de la costanera. Afortunadamente no hubo fallecidos, pero sí lesionados graves, ya que dentro del vehículo viajaban ocho jóvenes quienes habían consumido alcohol.
"Ese auto quedó totalmente destrozado", afirma Eterovic, quien además comenta que "del 100% de accidentes en los que he trabajado, el 70% de ellos los autos son conducidos por jóvenes que vienen de los carretes".
Pero el trabajo que más recuerda Vladimir es un choque menor que sufrió una pareja de abuelitos cuando iban a comprar.
"Una micro que iba delante de ellos frenó bruscamente y el abuelito chocó al taxibus. Recuerdo que la abuelita se pegó en la cabeza pero nada grave. Así que me llamaron, les subí el auto a la grúa y luego lo llevé a la casa de los abuelitos. Cuando el nonito me preguntó que cuánto era, le dije que 40 mil y me responde 'íbamos al supermercado con 10 mil pesos nomás, tómelos'. No fui capaz de aceptar el billete, al final no les cobré nada", señala.
Vladimir junto a sus cuatro trabajadores están orgullosos de su labor, ya que afirman, sus clientes son muy agradecidos.
"No sólo nos ven como un servicio de grúa, sino también nos consultan sobre temas mecánicos. Aunque lo que nos distingue es que trabajamos las 24 horas durante todo el año", cuenta Vladimir.