Alexis Sánchez, lucha, busca, se entrega, roba balones, va atrás. Pero todo eso no sirve cuando un equipo anda mal. El Arsenal cayó ayer por 3-1 como local ante el Mónaco en la ida de los octavos de final de la Champions League.
El delantero chileno fue el más rescatable en un conjunto que fue sorprendido por un elenco francés que aprovechó las facilidades y con un juego simple y directo quedó a un paso de los cuartos del torneo continental.
El tocopillano se genera opciones, habilita a sus compañeros, pero siempre le falta un "socio", alguien que lo acompañe en su idea.
En el primer tiempo Sánchez jugó muy retrasado, siempre muy cerca del mediocampo, incluso yendo a recuperar balones a su propio terreno. Por eso mismo el Arsenal tenía pocas opciones en el arco rival.
Ya en el segundo lapso se soltó más el chileno y comenzó a generar opciones de gol. Apareció demasiado tarde eso sí, porque el Mónaco ya ganaba 2-0 con tantos de Geoffrey Kondogbia y Dimitar Berbatov, tras un gran contragolpe.
Parecía resuelto el partido, pero hubo aire para los ingleses casi al final del cotejo. A los 90' Oxlade Chamberlain anotó desde 20 metros el mejor gol de la tarde, entregándole a esa altura algo de esperanza al conjunto de Wenger.
Pero vino otro contragolpe cuando el Arsenal se iba en busca del empate. Lo aprovechó Yannick Ferreira Carrasco, quien a los 93 minutos puso el 3-1 en favor de los franceses que quedan a un paso de la ronda de los ocho mejores.
Poco hizo el Arsenal que sigue evidenciando problemas defensivos con un Alexis Sánchez que a veces intenta solo salvar a un equipo que naufraga con rendimientos muy irregulares. J