l El suboficial Rigoberto Candia, era una persona conocida y querida en la ciudad. Su esposa es nacida en Tocopilla y con ella tuvo dos hijos, una que está recibiéndose de la carrera de ingeniería en la Universidad Católica del Norte y un hijo que es alumno de educación media del Colegio Sagrada Familia.

En su barrio del sector de calle Ejercito, los comentario eran unánimes, ya que todos hablaban de él como muy buen vecino y recordaban algunas anécdotas en los tiempo que pasaba en su hogar como por ejemplo que le gustaba mantener su vereda muy limpia, por lo cual la barría constantemente y algunas veces limpiaba hasta las de las vecinas.

Otros recordaron que después del terremoto que asoló la ciudad el 2007, había llegado con algunos sacos de víveres a su hogar, los cuales había repartido entre algunos vecinos que más lo necesitaban.

Por lo mismo, todos tenían una tristeza enorme de lo sucedido y lamentaban la situación, en especial por su esposa e hijos a los cuales les mandaban sus condolencias y también se referían a ellos en muy buenos términos.

Por el mismo sector donde vivía el fallecido carabinero, viven algunos familiares que lo recuerdan como un buen tío, cuñado, yerno, quienes estaban muy acongojados por toda la situación que están pasando.

Asimismo, hasta el momento se sabía que su esposa e hijos iban viajando a Calama, donde esperaban enterarse de todo lo que sucedió.

Lamentablemente este hecho golpeó una vez más a la ciudad. J

l Un hombre de 27 años salió en dirección a su trabajo cuando fue abordado por tres desconocidos.

Eran alrededor de las seis de la mañana y todo aún estaba oscuro en calle Collahuasi de Calama.

El hombre sacó el móvil desde el estacionamiento de su casa y luego regresó a cerrar.

Fue cuando salió para partir rumbo a sus labores, que los antisociales se les acercan y lo intimidan con lo que el presume era un arma de fuego.

Le sustrajeron sus documentos, su teléfono móvil y el dinero en efectivo que mantenía en su poder.

Una vez que lo redujeron, uno de los delincuentes subió a la camioneta y rápidamente desapareció del lugar.

En paralelo sus dos acompañantes subieron a un vehículo y también escaparon del lugar.

Al interior de la camioneta además habían equipos de telecomunicaciones de importante valor.

La víctima realizó el denuncio correspondiente con personal de Carabineros, quienes de inmediato realizaron el encargo del móvil a todas las unidades. No se ha conseguido su recuperación ni la ubicación de los ladrones. J

Inmediatamente se confirmó la muerte del carabinero Rigoberto Candia en el paso fronterizo de Ollagüe, la ciudad de Tocopilla entró en un hondo pesar, ya que el destacado policía vivía hace muchos años en la ciudad.

De hecho, apenas egresó de la Escuela de Carabineros en la ciudad de Antofagasta, su primer destino fue la cuarta comisaría del Puerto Salitrero, donde algunos compañeros de aquellos años aún lo recuerdan con mucho cariño y aprecio.

Incluso en la ciudad aún hay un viejo camarada de los tiempos de estudiantes de la escuela, el cual recordó que los dos entraron juntos y se hicieron amigos, amistad que a pesar de la distancia del último tiempo aun perduraba.

En la comisaría recordaban que el fallecido suboficial Candia fue un funcionario de servicios, motorista y que trabajó en el exhogar de menores de la ciudad, donde desempeñó una destacada labor, situación por la cual era muy querido por los niños que pasaron por el lugar, ya que él era una persona muy cariñosa y querendón con los menores.

Asimismo sus compañeros recordaban que pasó seis años en la ciudad antes de ser destinado a trabajar en la frontera donde alcanzó a estar 19 años de servicio en ese puesto.

En esos años que vivió en la ciudad y como a muchos visitantes del Puerto Salitrero, se enamoró de una tocopillana, con la cual se casó en el año 1995, razón por la cual a pesar de trabajar en la frontera, y de ser oriundo de la sureña ciudad de Chillán, mantenía su casa y familia en la ciudad.

Ayer en la comisaría todos lamentaban mucho la triste noticia. J

l A la espera de las primeras pericias de la muerte del mecánico Cristian Vladimir Rojas Maldonado, de 34 años, se encuentra la Fiscalía del Taltal para esclarecer su deceso al interior de la mina Julia.

El trabajador falleció el lunes en la tarde, luego de quedar atrapado por la pala de un cargador lateral. Apenas la fiscal Paulina Zepeda se enteró del accidente laboral dispuso el inmediato traslado al lugar de personal de Carabineros y el traslado del cuerpo a Taltal para la autopsia de rigor.

En el sitio del suceso, además, trabajó personal del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) para elaborar el informe respectivo.

La fiscal informó que el dueño de la mina, que tiene domicilio en ese puerto, quedó citado para prestar declaración ante la fiscalía. Esto se producirá una vez que la fiscal reciba los informes respectivos tanto de la autopsia, como de la Sección de Investigaciones Policiales (Sip) de Carabineros y del Sernageomin.

Con esta documentación se podrá avanzar en el establecimiento de las causas de este lamentable accidente laboral.

La mina Julia se encuentra ubicada al oriente de la Caleta de Paposo, en la Ruta B-800 que une esa localidad con la Ruta 5, y hace sólo unos meses finalizaron los arreglos para un acceso más seguro a la faena minera. J

l Dos riñas se registraron en Calama en las últimas horas, dejando como resultados a dos personas con heridas de diversa consideración.

El caso que llama más la atención es la de un hombre de 36 años que llegó hasta la Comisaría para reconocer que se había trabado en riña dejando un sujeto herido.

La víctima se encontraba recibiendo atención médica en el hospital local, donde los médicos de turno establecieron que sufrió lesiones de carácter menos grave.

Esto provocó de inmediato la detención del agresor, quien reconoció su responsabilidad en el ataque.

En paralelo recurrente denunciaron que varios sujetos se encontraban trabados en riña en calle Alejandro Rodríguez.

Personal de Carabineros que realizaba un patrullaje preventivo por el sector llego al lugar verificando que efectivamente había una pelea en la vía pública.

Dos de los participantes fueron detenidos. En el momento en que eras subidos al vehículo policial nuevamente se enfrentaron y el imputado de 31 años lo agredió frente a Carabineros, provocándole lesiones grave a la víctima de 25. Uno terminó constatando la importancia de sus heridas y el otro se fue derechito al calabozo. J