Sin antecedentes policiales figuraban los autores de los 82 casos de femicidios consumados, registrados entre los años 2011 y 2013 en el país, que analizó la Jefatura Nacional de Homicidios (BH) de la PDI.
El estudio, que consultó todas las bases de datos de la institución, sorprendió así con una de las principales suposiciones respecto al perfil del femicida en Chile, ya que se suele dar por hecho que éste corresponde a hombres que se mueven al margen de la ley.
"No está en el ambiente delincuencial necesariamente; está instalado en cualquier parte", afirmó el jefe de la Brigada de Homicidios (BH) de Antofagasta, comisario Erwin Rojas, quien explicó que la región es la que menos casos registró en ese periodo. Dicha tendencia se mantiene, considerando que este año el único delito investigado es el de Sarah Luján Jiménez, boliviana de 31 años que el 15 de abril fue asesinada en la población Gran Vía por su pareja L.C.A. (45), quien además atacó a su hijita de 4 años.
Según el oficial, la ciudad o zona de residencia, junto a las clases sociales, no fueron observadas en el estudio como factores que incidieran en las conductas femicidas, pero sí otros de tipo cultural.
En lo referido al móvil de la violencia, los celos aparecieron como el principal, con un 41%, seguido de otros como la incompatibilidad de carácter (17%), dividiéndose el resto entre ingesta de alcohol, agresiones mutuas y machismo, entre otras.
Ya en el plano del factor desencadenante del femicidio, dos factores lideraron las cifras y empataron en porcentaje: la amenaza de abandono- que en la mayoría de los casos sólo buscaba que el problema cesara - y la suposición de engaño, con un 20 por ciento.
Las víctimas, en tanto, en un 51, 2% tenían un nivel socioeconómico bajo, un 30 por ciento nivel medio y sólo un 4%, alto. Su nivel de instrucción correspondía a estudios medios en el caso del 40 por ciento, básicos en un 30% y 3 por ciento a preparación universitaria.
Las estadísticas de la PDI también revelaron que el 48,8 por ciento de víctimas no tenían denuncias por violencia intrafamiliar. Por ello, Rojas llamó a atreverse a denunciar, ya que en Antofagasta el sistema les asegura una red de protección. J
l Iris González Gamboa