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El retorno de las estatuas olvidadas de Antofagasta

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Domingo 31 de Mayo. Es el día del Patrimonio, y miles de antofagastinos salen a las calles a disfrutar de la historia viva que aún permanece en la ciudad, esa que se salvó de las maravillas del progreso. Pero mientras la estación del ferrocarril, los museos y el remozado muelle histórico estuvieron llenos de visitantes, en el Estadio Regional Calvo y Bascuñán, un misterioso hombre deja un solitario cartel. "Arreglan mi casa por la Copa América pero nadie me invitó", dice.

La misiva es firmada por el Discóbolo, una estatua que debería estar en estos momentos siendo parte del Día del Patrimonio, pero que tras la remodelación del estadio desapareció de su lugar original, en el frontis del Regional. Por supuesto, hasta ahora no se sabe qué habrá sido del hombre que lanzaba discos.

A fines del año pasado, el Discóbolo regresó. No le avisó a nadie, sólo agarró su disco y buscó el espacio que le correspondía en el Calvo y Bascuñán, pero ahí se pegó el cacho que lo olvidaron. Así de simple. Sin embargo, alcanzó a tomarse un par de fotos para dejar constancia que ahí, en algún momento, estaba representado el valor del deporte.

Como el Discóbolo, son muchos los monumentos que en alguna época embellecieron Antofagasta, y que con el pasar de los años fueron destrozados, retirados, abandonados y, lo peor, olvidados. Ejemplos hay varios: José Santos Ossa, los luchadores griegos, el niño de la espina, o el Atleta Griego (conocido como "El Pilucho"), que retornó a su ubicación original, en Manuel Verbal con la Costanera.

EL RETORNO

El Discóbolo no le avisó a nadie que vendría, excepto al Chango de la Revolución y a la subcomandante Milagros, los dos misteriosos líderes de la "Revolución de las Estatuas", el movimiento que lucha por recordarle al antofagastino el valor de sus monumentos. A propósito del Día del Patrimonio, Chango y Milagros recorrieron la ciudad a buscar esos puntos vacíos que claman su estatua.

En el Parque Croata, antiguamente hubo una estatua de José Santos Ossa, y hoy sólo una placa lo recuerda, nada más.

El señor Ossa vino hace un par de semanas a pasear por acá, dice el Chango de la Revolución.

-José Santos Ossa quedó impresionado con el estado en el que se encuentra el sector. Sacaron los juegos, los árboles. Cuando él estuvo ahí, eso era verde, habían niños jugando, había verde, y hoy no hay nada- dice.

Cuando las estatuas vuelven, sólo un testimonio fotográfico deja constancia de la visita. Pero queda ahí, inmortalizado. Así lo hizo el "Pilucho", el Discóbolo, y hace poco José Santos Ossa. La subcomandante Milagros cuenta que la clandestina acción busca, sobre todo, rescatar la memoria de una ciudad que pareciera preocuparse más de construir un nuevo edificio que proteger la historia.

-Es importante saber que cada estatua se hace en un contexto determinado, en un período histórico. Cuando desaparece una estatua, también va desapareciendo la historia de la ciudad. No se puede construir el futuro de una ciudad sin el pasado, y las estatuas representan ese pasado. Como el Estadio, con la Copa América se arregló, se gastó una cantidad importante de lucas. Sin embargo, el Discóbolo desapareció y nadie se pregunta donde está- dice.

SE BUSCA ESTATUA

"Semidestrozada por la acción de vándalos se encuentra la hermosa estatua de los luchadores griegos, ubicada en el Parque Centenario de la Avenida Brasil", decía nuestro Diario el 2 de noviembre de 1973. "Desgraciadamente, los irresponsables de siempre destruyeron gran parte de la estatua, la cual, para colmo, se ha transformado en monumental nido de pájaros".

Esa estatua fue regalada por la comunidad griega a propósito del Centenario de la república, en 1910. Sin embargo, tan mal quedó que ese mismo trágico año fue retirada, y nunca se restauró. Hoy, si usted pasa por ahí, verá solamente la pileta y la placa, pero ni rastro de la escultura. De José Santos Ossa, tampoco se sabe. Hace una década le quitaron la cabeza y los brazos, y también desapareció.

Uno de los casos más llamativos ocurrió en 2012, cuando una mañana de diciembre la estatua que representaba a los hombres de la pampa, sencillamente se deshizo. La obra fue realizada por Avelino Sanhueza en 1979, y estaba ubicada frente al Balneario Municipal. "Hemos hablado con él, y nos contaba que el cimiento se fue deteriorando de a poco, y por fatiga de material la estructura colapsó, y nunca más se repuso", comenta el Chango. "Pero él está disponible para recrearla", aclara la subcomandante Milagros, "sin embargo tampoco hay recursos disponibles, o nadie se ha manifestado con volver a poner recursos para esta estatua", comenta.

¿Por qué tanta indiferencia con nuestra historia? Milagros cree que el tema parte del mismo desconocimiento, y eso se nota desde los niños. "En la escuela no les enseñan a los niños la importancia de los monumentos. Nos maravillamos cuando hay un hotel gigante nuevo o un mall, pero si desaparece una estatua, a nadie le significa mucho realmente", cuenta.

La subcomandante tiene razón. Cuando abren una tienda, o hay un súper sensacional descuento, hay filas de personas que se amanecen para gastar. Pero el día en que se repuso el "Atleta Griego" en la costanera, gracias a la comunidad helénica, toda esa muchedumbre faltó. Claro, se vieron hartas personas durante el domingo que duró el Día del Patrimonio, pero el Chango de la Revolución cree que no debiera ser sólo un día. "Llama la atención que el Día del Patrimonio es como la visita anual a la biblioteca, al museo, y sería", dice preocupado.

O por último, que un grupo se organizara para repintar la estatua de Gabriela Mistral, en la avenida Brasil. Esas ideas son las que faltan.

A la subcomandante Milagros le llama la atención que sólo hayan estatuas de hombres, con la honrosa excepción de nuestra Premio Nobel 1945. Cómo, si hay tantas antofagastinas destacadas que merecen su lugar en la ciudad. Ella entrega una recomendación: "Hay que envalentonarse, gestionar recursos. Hay oferta para crear obras nuevas, también pensando en las mujeres", dice.

Los líderes de la Revolución advierten que esto no se puede quedar solamente en Antofagasta. Que todos pueden unirse en la región, que se puede hacer algo. Nos dejan un correo: revolucionestatuas@gmail.com. Al parecer habría visitas en los próximos días, dice el Chango.

-Quizás vuelvan los obreros, y en las próximas semanas vuelvan los luchadores griegos frente a la Clínica.

Como sea, hay que tener mucho ojo. Y si los ve, pídales que se queden, y que no vuelvan a irse. J