El mar siempre cobra
Cuando supe que mi amigo Juan Riquelme, el "coto", había muerto ahogado mientras mariscaba, no pude dejar de pensar en que el "mar" siempre cobra lo que los hombres le sacan, algo así como dice una conocida cumbia, "el mar cobró, cobró la mar, los pescadores siempre tienen que pagar".
Cada vez que un hombre de mar sale en busca del sustento diario para su familia, esta no sabe si volverá sano y salvo, es el peligro que enfrentan cada día los cientos de pescadores, buzos mariscadores, recolectores de algas y todo hombre que busca en el océano el pan para que sus hijos no pasen necesidades.
Esto lo tienen claro o de repente no muy claro, ya que su trabajo se pone rutinario y al salir al mar es como algo natural y que no reviste peligro para quienes son tan baquianos en su quehacer diario que lo pueden realizar hasta con los ojos vendados, pero no es así, el mar es traicionero y cualquier descuido puede ser fatal hasta para el más experimentado y lo puedo asegurar recordando a los que el mar se los llevó siendo que estos eran hombres de mar con muchos años de circo.
Mi amigo tenía problemas de salud, ese fatal día le dijeron que el mar estaba algo bravo y que él no estaba en condiciones para ir a mariscar, pero quizás como dicen algunos viejos mariscadores, él buscó su destino final y que era el morir en el océano porque estaba en deuda con el mar por los años que llevaba arrancándoles sus riquezas.
Siento en el alma esta pérdida para la familia Riquelme Pérez y en especial el dolor que le toca vivir a su señora madre Zaida, mujer luchadora y aguerrida, con una fuerza interior enorme, avalada por su fe en Cristo Jesús, ella ya había vivido este gran dolor de perder un hijo, cuando hace poco tiempo le dimos sepultura a su otro retoño José, "pepito" para los amigos.
Como no voy a estar impresionado por el valor de esta mi vecina, si el mar es el que ya le a arrebatado ahora un hijo y en el pasado a dos hermanos, Luis "tintán" y Nolberto "el flaco Roque", ella es un ejemplo de madre, digna de que sus hijos la tengan en un altar y no es porque sus retoños no le brinden lo que ella merece, sino porque esas palabras anteriores son una metáfora para expresar de una u manera, lo que merece una mamá de ese calibre.
Deseo de todo corazón que la paz y consuelo llegue pronto a sus corazones, que el señor les de la fuerza necesaria para que estos momentos solo sean un mal recuerdo y que todos los vecinos de la gran familia cuartina tenemos los mismos deseos para con ustedes, en especial yo que les debo tanto, ya que cuando perdí a mi madre ustedes me entregaron un gran consuelo, lo mismo cuando falleció en marzo mi hermano José.
Reciban mis mas sinceras condolencias.
Juan Solas Reyes