No usa lentes, escucha sin problemas, camina sin la ayuda de un bastón y sus recuerdos siguen intactos. Todas estas aptitudes no tienen nada de extraordinario para cualquier persona, pero sí para Manuel Ramírez que ha vivido y gozado por más de un siglo.
Así anda por la vida este antofagastino, quien disfruta a concho sus experimentados 101 años y se da el lujo de realizar largas caminatas a diario, la receta que -según su familia- lo mantiene como el vino.
El abuelo, como le dicen en la población Chile a este vecino fundador, todos los días se levanta al alba y después de un desayuno camina desde su casa situada en calle Osorno hasta el supermercado Lider. Se queda disfrutando de la vista al mar en Playa Paraíso, recorre el Terminal Pesquero, el Muelle Histórico y a veces se anima hasta llegar al puerto, donde continúa en dirección a la Avenida Brasil para terminar en el centro.
Fiel lector
El regreso lo hace en taxibús sin olvidar comprar sagradamente "La Estrella", que disfruta por "sus notas policiales y deportivas", contó su más fiel lector. A veces antes de su caminata compra primero este Diario, cuatro cuadras más abajo de su hogar, y regresa para ponerse el día, ya que las noticias tanto en papel como en televisión son unos de sus mejores panoramas.
Este centenario vecino nació en Ovalle el 5 de junio de 1914, pero llegó a los diez años a Antofagasta cuando la ciudad terminaba en calle Lima por el norte y en el Homero Avila (Estadio Regional) por el sur. Entonces, recuerda, era una ciudad de inmigrantes donde los "croatas tenían los almacenes, los españoles las tiendas, los alemanes las rotiserías, los chinos las carnicerías y los japoneses las peluquerías".
Llegó de la mano de una tía y ya a los 12 años trabajaba en un almacén croata sin dejar de estudiar para ayudarse, por lo que a corta edad se independizó y echó raíces en la Perla del Norte.
Trabajó en la oficina Pedro de Valdivia y Antofagasta, pero siempre vinculado a los minerales hasta que jubiló. Se casó con Julia Rivero, quien falleció hace seis años, y con quien tuvo tres hijos, uno de los cuales murió a los dos años, 34 nietos y 19 bisnietos.
Dirigente
El longevo vecino fue uno de los fundadores de la población Chile e incluso fue el primer presidente de la junta de vecinos, cuando en el sector "no había agua ni luz y qué decir de la pavimentación de las calles". Se quedó en el cargo hasta que consiguió energía y alcantarillado para la población y dejó bien encaminada la pavimentación.
En su sector todos lo quieren y respetan, es la autoridad a la que en la celebración de sus cien años el año pasado le hicieron una gran celebración en la junta de vecinos. Y bien merecida, porque no cualquiera cumple que 101 años y en las envidiables condiciones en que se encuentra este antofagastino. J
Redacción