Colegas de la víctima quedaron en shock
sebastián rojas rojo
Lágrimas, impotencia y temor. Esa fue la amarga combinación que se apoderó ayer de los colegas de Sergio Mori, quienes llegaron rápidamente al lugar de su hallazgo al conocerse la terrible noticia.
Casi al unísono, describieron al joven como un ex funcionario de Carabineros tranquilo, respetuoso y trabajador. Muy bien presentado, nunca abandonó el corte de pelo típico de los uniformados y siempre vistió formal, de ahí la sorpresa que les causó el saber que al ser asesinado tenía puesto un buzo.
Como muchos, pagaba al dueño del taxi una cuota de arriendo y su máxima preocupación eran sus hijitas de 9 y 6 años, a quienes sagradamente llevaba al colegio.
Cerca de las 21.30 del domingo pidió a su colega Raúl Huilipán el detalle de los vuelos. De ahí sus compañeros sólo saben que se le habría solicitado una carrera a las 5 horas. Media hora después el vehículo fue visto por un colega en el lugar del hallazgo.
La PDI trabaja en la ubicación de cámaras, establecer su rutina y sus últimos desplazamientos. J