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El paraíso que busca dejar atrás la tragedia

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Cuatro años han pasado ya desde la trágica caída del avión Casa 212 en el archipiélago Juan Fernández. Cuatro años en que sus habitantes -o cinco si se toma en cuenta el tsunami del 27 de febrero del 2010- han debido enfrentar la mala fama del territorio y generar estrategias para entusiasmar a turistas de todo el mundo para que viajen, sin temor a que algo malo les pueda pasar.

El alcalde de Juan Fernández, Felipe Paredes, cuenta que en el último tiempo se han hecho grandes esfuerzos para recuperar el sitial que tenían antes de ambas tragedias. Entre los proyectos más importantes está la remodelación del aeropuerto, cuyo proceso partirá este año con los estudios técnicos.

"Vamos a comenzar el proceso de diseño del nuevo aeropuerto, es un proyecto bastante grande. Va a venir un representante de la Dirección de Arquitectura del ministerio de Obras Públicas, quien va a iniciar un programa de participación ciudadana para darle forma a un proyecto de mejoras generales", comentó Felipe Paredes.

Según explicó el alcalde, si todo se desarrolla en los plazos esperados, las obras podrían comenzar en dos años más. "Va a estar en el mismo lugar, pero aumenta la capacidad y podrá recibir aviones de mayor tamaño".

de menos a más

Como era de esperarse, tras el accidente aéreo hubo una merma importante en el número de visitas que llegaron al archipiélago. Recién en la temporada 2014-2015 se llegó a las cifras de antes. "A fines del 2011 y gran parte del 2012 tuvimos menos demanda turística, especialmente por el temor a lo que había ocurrido, sin embargo logramos revertir esas cifras y la temporada que pasó recuperamos los números históricos de turistas por temporada", destacó el alcalde.

Según Paredes dicho repunte demuestra que ya se perdió el temor a viajar al archipiélago y que la pista de aterrizaje no es problema para los visitantes. "Las líneas aéreas privadas que hacen viajes a la isla cumplen con todos los sistemas de seguridad que se requieren y también ya han mejorado las condiciones del aeropuerto. Desde el 2011 en adelante hay una persona que está todos los días trabajando ahí, toma los datos meteorológicos y que está en constante comunicación con la Dirección de Aeronáutica Civil. Tenemos datos todos los días, a cualquier hora".

esfuerzos

De todas maneras, Paredes reconoce que todavía hay servicios que deben ir mejorando para atraer a un mayor número de turistas. Y además, trabajar en pos de borrar el estigma negativo que se ganó la isla luego del maremoto y la caída al mar del Casa 212. "Este conjunto de islas jamás han sido islas malditas, son las que tienen la mayor biodiversidad del mundo y en 40 años de vuelos hacia Juan Fernández, este ha sido el único accidente y en los alrededores del aeropuerto".

"El 2013 empezamos a trabajar fuertemente temas de difusión, identificamos nuestro nicho de mercado y hemos tenido apoyo público y privado para lograrlo. Además todas las personas que trabajan en el área acá en el archipiélago están agrupadas.

En esa misma línea, en dos semanas más debuta una nueva página web, www.experiencerobinson.com que contendrá toda la información turística, actualizada, de la comuna.

bajón anímico

Brenda González es guía de turismo certificada y artesana y conoce bastante bien la realidad del archipiélago. "Hubo una disminución del turismo después del accidente; los años 2011 y 2012 fue bien escaso la verdad, pero el verano anterior sí hubo harto movimiento. Se vio más gente que se atrevió a venir, porque la caída del avión nos dejó mal a nosotros, no sólo desde el punto de vista turístico".

Brenda cuenta que la comunidad quedó afectada sicológicamente. "Todo el mundo se preocupó de la lamentable situación que se vivió, de los personajes públicos que fallecieron en el accidente y que venían a hacernos un bien, pero al final no fue así. Nadie se preocupó de los pescadores que fueron a buscar los cuerpos, de los habitantes de la isla. Veníamos saliendo de un tsunami, tratando de recuperarnos. Tú veías a la gente súper bien, pero con el tiempo nos dimos cuenta que la gente está sufriendo más de dolores musculares y está más cansada".

Esta juanfernandina cuenta que a pesar de todo, ella no ha bajado las ventas en su negocio de artesanía. Sigue vendiendo las joyas que hace en coral negro. "No ha habido una baja tan exagerada o notoria".

Brenda González destaca que en el repunte han influido en forma positiva todos los trabajos que se han realizado en la isla. "Hay que recordar que el tsunami llegó a las zonas más turísticas y después de eso se debió arreglar harto el pueblo. Este municipio además está trabajando mucho en la identidad del isleño, de valorizar la gastronomía y la artesanía. Eso ha sido bueno para nosotros".

Esta artesana, quien hace poco viajó en una comitiva oficial a Isla de Pascua, destaca que al comparar los servicios turísticos del archipiélago con los de Rapa Nui, quedan muy por detrás. "Para allá (Pascua) hay un vuelo diario. Pero también hay que pensar que como comunidad nos conviene que el turismo sea mucho más exclusivo por la fragilidad que tiene este ecosistema. Ellos han perdido su endemismo (especies nativas). Nosotros tenemos una mayor cantidad de plantas, pero hay que cuidar lo que tenemos". J