Sólo hay que animarse para celebrar la fiesta más terrorífica
¿Dulce o travesura? Esa es la pregunta que los niños no dejarán de pronunciar cada vez que golpeen una puerta el próximo sábado 31 de octubre, para la celebración de Halloween o Noche de Brujas en Antofagasta.
Algunos ya tienen su traje para salir a pedir dulces, participar en pijamadas o en entretenidas fiestas de terror. Pero los que no, aún tienen tiempo porque el comercio tiene prácticamente de todo para esta tradición, que cada vez gana más adeptos entre chicos y grandes.
Lo principal, sin duda, son los disfraces que varían desde los típicos personajes de terror como la muerte, vampiros y brujas hasta de superhéroes y personajes de películas.
En tienda Falabella, por ejemplo, los disfraces de calabaza, princesa y superhéroes parten desde los $14.990, mientras que los trajes de Darth Maul y Darth Vader -agotado- alcanzan los $19.990.
En importadora Eddus (Matta) los precios parten desde los $3.900 en el caso de los trajes de las niñitas como hadas y princesas, mientras que desde los $2.900 se puede encontrar el disfraz de vampiro para los más pequeños.
Los más grandes pueden encontrar variados trajes por precios que no superan los $12.000 en la importadora ubicada en Prat entre Matta y Ossa. Además, si no quieren vestirse y sólo quieren estar en tono en Halloween pueden apostar por el uso de accesorios como sombreros, máscaras y pelucas, entre otros.
En Eddus los sombreros de brujas parten desde los $1.000 y los de pirata desde $1.500 dependiendo del tamaño. La novedad es un gorro de lana con un cuchillo atravesado, cuyo precio no supera los $1.500 y un guante que imita las garras de Freddy Krueger a sólo $2.500.
También hay lentes locos, narices con iluminación y vaporosas túnicas. Sólo hay que animarse y escoger el motivo de la vestimenta para sumarse a esta tradición, que cada vez cobra más fuerza en la Perla del Norte. J
Noche de Brujas o Halloween se celebraba hacen más de 3.000 años por los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con el Samhain, una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de Halloween al continente americano.
Cuando se habla de Halloween se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños, pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso.
lLorena Pereira