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Las difíciles horas de Faini internado en el hospital

El animador se encuentra bajo intensa observación. "Estoy preparado para cualquier cosa", dice.
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Andre Pierre Malebrán Tapia

Faini se ganó hace años el reconocimiento como uno de los grandes de las comunicaciones en Antofagasta. Antes de que los canales locales fueran considerados parte de una industria capaz de generar empleos suficientes como para mantener decenas de familias en la capital regional, él ya desarrollaba sus primeros proyectos televisivos. Su producto por excelencia fue el glamour, se dedicó como nadie a explorarlo y empleó para eso sus estudios internacionales.

Hoy, lejos de las cámaras, internado en el Hospital Regional de Antofagasta, sin poder producir dinero para solventar los mismos gastos médicos que arrastra, el conductor encuentra todavía espacio para ser optimista. Trabajólico de tomo y lomo, ocupa sus pocas energías en desarrollar ideas de lo que quiere hacer en la TV cuando salga del recinto asistencial.

Su programa "EDM", explica, buscaba resaltar el estilo de las personas y de darles herramientas para aprovecharlo, no de promover el arribismo. Por eso se ríe cuando le pregunto y recuerda que muchos lo tildan como parte de la "socialité" antofagastina.

Rodrigo no habla de despedidas a estas alturas, pero sí comenta que no sabe qué es lo que pasará con él. Hace pocos días creyó que sería el fin, que el espectáculo terminaba para él, pero ya sabe usted cómo son los grandes comunicadores, nunca pueden decir que no a la posibilidad de volver a hablarle a su público. La idea de que algún día saldrá del hospital caminando para luego ponerse frente a las cámaras, es lo que le da fuerzas para seguir viviendo.

En esta nota no acompañaremos fotografías donde se retrate su actual condición física, nos pide que usemos otras que nos envía luego de la entrevista. Especialmente nos pide una con Rodrigo Farías, su compañero de vida estos últimos nueve años, como forma de agradecerle todo el cariño y apoyo en esta durísima etapa.

¿Cómo estás?

-En porcentaje, algunos días un 40%, otros un 10% (...) Estaba cayendo en una depresión que me hizo bajar mucho de peso en dos semanas, bajé cerca de veintitantos kilos. Se me bajaron las defensas, me sentía mal, entonces colapsé. No sé qué dirá la gente, todos comentan muchas cosas.

¿Qué crees tú que va a pasar con tu salud?

-Mira, me han hecho exámenes. Hasta ahora no como. Yo no sé lo que va a pasar. Lo que sea, estoy preparado para cualquier cosa.

¿Qué quieres que la gente sepa de ti por el momento?

-Que estoy súper agradecido. Yo creo que todo esto sirvió para que mucha gente que estaba enojada viniera y se terminaran las rencillas. También para que todas las personas de diferentes canales se pusieran a trabajar juntos.

¿De dónde sacas fuerzas para ponerte a trabajar estando acá?

-Es la única forma de que te mantengas vivo. La otra vez que estuve en coma, empecé a hacer un jingle para el Está De Moda (...) Yo creo que me gustaría hacer algún programa misceláneo, quiero buscar gente nueva y ponerme a producir.

A pesar de lo complicado que te está tocando vivir, se te escucha optimista.

-He mira, estuve mal, incluso ya quería... -guarda silencio mientras toma un poco de agua para calmarse, y sigue respondiendo-. Mira yo soy re complicado, tengo mi carácter, mal genio, soy súper exigente en la pega, entonces quedo como pesado pero después me conocen y ven que soy diferente (...) Estuve sicológicamente muy mal, no quería ver a nadie, encontraba que todo el mundo mentía, y no quería ver a nadie. No quería que hablaran tonteras.

Yo quiero que la gente sepa que lo que ven en la tele es solo una parte de mí. Yo soy un tipo relajado.

Esto ha significado además, como siempre, un grave problema económico para ti.

-Sí. A mí me da mucho miedo esto, no me gusta pedir ayuda, pero yo todo lo que gaste lo voy a mostrar después con boletas. A mí me gusta ser ordenado con eso y gastar poco. Todos piensan que mis zapatos cuestan 500 lucas y me las compré en Eddus por 7.900 (sonríe). Es impresionante como la gente se me acerca acá (en el hospital). La gente ha rezado. Es súper alegre saber que la gente me quiere (...) quiero darles las gracias, porque además no tengo memoria, han venido personas que no las puedo recordar en el momento.

Antes de irnos nos pide que demos las gracias a todos los que ayudaron en su evento a beneficio, como también a sus cercanos.