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Las llamadas más extrañas que reciben los bomberos de Antofa

Lobos marinos que gritan como humanos, anillos atrapados en los dedos, animales escurridizos y procedimientos para sacar a obesos de sus casas o vehículos, son algunas de las emergencias que llegan a atender los "chicos buenos".
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Cristian Castro Orozco - La Estrella de Antofagasta

"Hace poco recibimos un llamado de una vecina de la ciudad. Ella estaba preocupada porque escuchaba maullidos y rasguños desde el interior de una pared de su casa, así que insistió tanto con sus llamados que finalmente fuimos. La mujer nos dijo que al parecer un gato se había quedado atrapado detrás de una pared y llevaba días allí, así que antes de proceder a romper, hicimos un pequeño forado e introducimos una sonda con cámara para ver qué es lo que se había quedado atascado en ese lugar, y allí estaba la criatura. No era un gato, sino un tremendo guarén".

Esta y muchas otras anécdotas son las que recuerda el comandante del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, Christian González, quien habiendo ingresado como cadete a la institución le ha tocado vivir una serie de experiencias que no solo guardan relación con el admirable trabajo que tradicionalmente hacen, sino también a algunas situaciones bastante particulares.

Anillos eternos

Tal vez una de las característica de los "caballeros del fuego" es que estos no solo sirven para apagar incendios, sino que también pueden resultar útiles para muchas otras emergencias, es por esto que, según manifiesta González, les llaman hasta para sacar anillos que se quedan atascados en los dedos.

"Hubo una ocasión en la que a una persona se le quedó el anillo atrapado y voluntarios de la segunda compañía (Bomba Prat) asistieron en su ayuda y lograron sacarle en accesorio, entonces pasó que este hecho trascendió y todos corrieron la voz de que nosotros somos especialistas en sacar anillos".

Si bien en algunas compañías cuentan con una herramientas y personal especializado para realizar este delicado procedimiento, desde bomberos se recomienda siempre ir a un centro asistencial para realizar esta intervención.

"Pasa de que muchas veces los anillos que se atascan son de acero quirúrgico, por lo que es más complicado hacer el corte y se recomienda ir a un centro médico para hacer allí el trabajo en caso de que ocurra una eventualidad, por lo que hay que tomar todas las medidas", explica el comandante, quien dice que ya ha visto 10 de estos casos, en donde incluso una vez le tocó presenciar un dedo casi en estado de putrefacción debido a que la persona dejó pasar muchos días antes de pedir ayuda, por lo que después de algunas cirugías, logró recuperar la movilidad (y el color) de su amada extremidad.

Animales y otras cosas

Otras de las llamadas que frecuentemente reciben los bomberos es porque algún animal se ha caído a alguna zanja o quedado atrapado en altura, como el típico caso de los gatitos en los árboles o en las palmeras.

Recordemos que bullado fue el caso de la gata que fue rescatada de una enorme palma el pasado diciembre, pero desde bomberos dicen que en muchos casos estos animales no se encuentran en una altura considerable como para actuar.

Reynaldo Rivera, el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos cuenta que muchas veces, cuando se disponen a sacar al animal de las alturas después de un arduo procedimiento, estos escapan y bajan corriendo por si solos del lugar, dejando a todos "plop".

"Pasa que a veces los animales se quedan arriba por horas y la gente piensa que es una emergencia y que no pueden bajar, por lo que llamamos también a las personas a que tengan más cuidado en esos aspectos porque estos procedimientos significan tiempo, el cual podría ser indispensable en cualquier otra emergencia", manifiesta Reynaldo.

Otro de los temas a destacar, es que a diferencia de otros lugares, bomberos de Antofagasta no reciben muchas pitanzas (llamadas de bromas) por lo que se agradece a la comunidad que se tome en serio el trabajo de estos voluntarios, ya que un solo traslado llega a tener un coste que va desde los 80 hasta los cien mil pesos para la compañía.

Pero si, muchos de los llamados falsos que reciben no son producto de una mente inconsciente y ociosa, sino más bien, de gente alarmada por las señales falsas que da la misma naturaleza.

"Es la temporada estival nos llaman mucho de las playas, y es para alertarnos de presuntas víctimas de inmersión (gente que se está ahogando), pero pasa que en la mayoría de los casos nunca fueron personas ahogándose, sino lobos marinos chillando, ya que estos emiten un sonido bastante particular, muy parecido a un humano gritando", dice el comandante González.

Rescate y accidentes

Sacar a personas con un considerable sobrepeso de sus casas en caso de emergencia o del interior de sus vehículos, también se presenta como un verdadero desafío para voluntarios.

Por ejemplo, muchas veces se tratan de personas que ni siquiera pueden salir de sus hogares, por lo que cuando sufren complicaciones en su salud, debiendo de ser atendidos en algún recinto médico, los bomberos deben sacar al afectado amarrado en camilla a través de las ventanas.

"La cosa es siempre causar el menor daño posible en la casa, por lo que sacamos a las personas inclinándolas por las ventanas en vez de entrar a romper o ensanchar los márgenes de la puerta, aunque claro, siempre dependerá de la gravedad de la situación. Hemos llegado a necesitar hasta diez voluntarios para realizar estas maniobras", dice González.

El comandante también hace un especial llamado a las personas en caso de que les toque presenciar un accidente automovilístico.

"Cuando presencie un choque o un evento similar, por nada se acerque a los coches involucrados a tratar de sacar a las víctimas, porque no solo implica un serio daño a la persona accidentada, sino que muchas veces los airbags no se activan, pero quedan sensibles, por lo que la intromisión de terceros los puede activar y allí eso podría causar un daño mucho mayor para todos", advierte.

Por último, siempre se debe tener conciencia del trabajo de bomberos, para evitar que estos pierdan el tiempo en llamadas que solo quitan tiempo y esfuerzo, como le ocurrió al voluntario de la segunda compañía, Enrique González, "una vez nos llamó una mujer porque no podía entrar a su departamento, ya que la puerta estaba trancada por dentro, así que a través de las escaleras entramos por la ventana del inmueble, pero al asomar vimos a la pareja de la mujer con su amante, rogándonos que guardáramos silencio mientras se vestían".