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Acostumbrándose al nuevo Peso

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Al equipo económico de los "Chicago Boys", desde Santiago, se le ocurre una idea. Si está tan devaluado el escudo, ¿por qué no resucitar el signo peso?. Económicamente no influía en nada, pero sí en la idea de una moneda "fuerte". Así, el 29 de septiembre comenzó el cambio: Mil escudos por un peso. Si "La Estrella" le costaba E°600, ahora valía $0,60.

En el comercio antofagastino, algunos se hacen los vivos. Varias personas que tenían vales por escudos en Coopenor (supermercado de entonces) compraban casi sin parar con los precios nuevos en pesos. En la caja los pillaban a todos. "Hasta el momento hemos tenido que anular veinte vales", contaba el subadministrador de la tienda, Luis Rojas.

Otros, en cambio, reclaman: entrar al acto de coronación de la Reina de la Primavera de Antofagasta. Carabineros tuvo que pedir que rebajaran a la mitad el precio de la entrada, que estaba fijado en $4.

El fin del mítico "Longino"

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Desde que apareció la Carretera Panamericana -a mediados de los 60-, de a poco el tren Longitudinal Norte que recorría el tramo entre Iquique y La Calera comenzó a perder importancia. El incómodo y lento viaje de cuatro días por el desierto no podía competir con los modernos buses que podían hacer el mismo trayecto en mucho menos tiempo.

Escondida en las páginas interiores, una breve nota del 17 de junio cerraba más de medio siglo de historia iniciada en 1913. "El ingeniero jefe de Tracción del Ferrocarril de Iquique a Pueblo Hundido, Juan Carreño, informó que por disposiciones superiores de la Empresa, desde ayer, se suspendió el servicio de los trenes dos y uno entre La Calera, Iquique y viceversa", decía el texto. "Esta medida, en todo caso, se debió a su escaso aprovechamiento".

El "Longino", que en nuestra región tenía una estación de interconexión con el FCAB en Baquedano, siguió corriendo hasta el 78 en el tramo de La Serena a La Calera. La tragedia de Queronque, en 1986, motivó a Ferrocarriles del Estado a cerrar para siempre la red norte.

Inacesa saca humo en La Negra

La fábrica inició su operación en enero, pero antes ya hubo cemento local: en 1923.
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A las 17.40 horas del 14 de enero de 1975, una columna de humo blanco salió por la turbina de la Industria Nacional de Cemento, Inacesa. Ubicada a 30 kilómetros al sur de Antofagasta, echar a andar una empresa de esa envergadura era toda una novedad en su tiempo. En 1972, el Presidente Salvador Allende, durante los días en que el Gobierno funcionó en esta ciudad, había iniciado las obras que costaron 200 millones de escudos.

La inauguración oficial vino después, el 14 de febrero. El general Joaquín Lagos Osorio, quien había sido el primer intendente de la dictadura en la provincia, ahora cambiaba la gorra militar por un casco para transformarse en el nuevo presidente del directorio de la compañía.

A pesar del calor insoportable de pleno verano en la pampa, el acto duró varias horas con las tradiciones de la época. La Guarnición Militar tocaba la Canción Nacional, que por entonces incluía la tercera estrofa ("Vuestros nombres, valientes soldados...", parte que se eliminó en 1990 con el regreso a la democracia), y las mujeres que trabajaban en la empresa le regalaron un bouquet de flores a Lucía Hiriart. Más tarde, el general Pinochet recorrió la fábrica.

Finalmente, se echó a andar la máquina. Ese 14 de febrero, se despacharon las primeras 40 toneladas de cemento fabricado totalmente en el norte de Chile. Sin embargo, en los años 20 se había intentado hacer algo parecido: Clodomiro Díaz, un industrial que tenía su tienda en calle 21 de Mayo, fabricó cemento antofagastino con yeso traído desde Cerro Moreno, pero su emprendimiento duró la nada misma.

Lo único que quedó para la historia de la aventura de don Clodomiro es el edificio levantado en 1923 en Matta 2520, el único hecho exclusivamente con cemento local. Hoy, en ese lugar funciona la carnicería Santa Ana y la tienda Túa.

Manolo Galván y la lluvia calameña

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De gira por el norte, el cantante Manolo Galván estaba a punto de presentarse en el Estadio Techado de Calama cuando, de pronto, se apaga la luz. La inesperada lluvia del "invierno altiplánico" que cayó sobre la pampa ese 24 de enero no sólo dejó a los calameños sin ver al artista que en ese momento era el boom, sino que dejó 200 damnificados en la zona.

Y mientras sacaban a Manolo Galván del escenario, el agua no para de caer. Las comunicaciones telefónicas y radiales se cayeron, comenzaron a caer rayos y truenos y la Oficina de Emergencia comenzaba a evacuar a los primeros damnificados del diluvio. En Chuqui, hasta tuvieron que paralizar la mina por el reblandecimiento del terreno.

La primera "Genoveva"

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La revista femenina "Genoveva" apareció por primera vez el 11 de septiembre de 1975. Editada por La Estrella de Valparaíso, durante años salía los jueves en todos los diarios regionales de la cadena El Mercurio, con datos de cocina, moda y un molde de tejido. Hoy sigue circulando en Valparaíso.


Tres chicas violan a un empleado en Calama

Al filo del toque, a eso de las 21 horas, un auto celeste con tres mujeres se detiene frente a un joven en Sotomayor con Vivar, Calama. Como C.R. no respondió, lo subieron a la fuerza hacia las vegas calameñas y allá le practicaron un "rito sexual" entre las tres, no sin antes ser golpeado. El joven, que dejaron desnudo y abandonado en el desierto, fue tan famoso en noviembre que hasta Don Francisco lo invitó a contar su historia a "Sábados Gigantes". C.R. se negó y abandonó la ciudad. De las chicas, lo único que se supo es que las vieron durante varios días en Calama gastando mucha plata en salas de baile.