Cartas
El peso de la conciencia
Señor director:
Qué terrible noticia lo que pasó con la abuelita que murió en el accidente, donde el responsable hoy está en la comodidad de su hogar compartiendo con los suyos.
Encontrarlo parece realmente difícil, porque no hay evidencia alguna de su vehículo. No se sabe qué marca es, qué color, ni siquiera tiene daños para hacer el trabajo más sencillo.
Aquí finalmente la familia y todos los afectados deberán apelar a eso que pocos tienen y de verdad les hace falta, el peso de la conciencia. ¿Cómo es posible que alguien provoque una tragedia familiar como ésta y no preste ayuda, no diga "yo tuve la culpa" o por último pedir disculpas, aunque hoy no sirvan de nada?
¿Cómo esa persona puede andar tan tranquila por la vida, teniendo en su retina la imprudencia fatal que cometió a oscuras, en silencio, salvándose él y provocando un profundo dolor en terceros?
Esperemos alguien haya visto algo, lo haya identificado o en su corazón, en algún lugar escondido algo lo motive a asumir el error que cometió. No traerá la vida a esa mujer que falleció, pero quizás dará un poco de tranquilidad a los suyos.
Angélica Cortés