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Adrenalina + belleza: mujeres desafían al desierto en sus cletas

Un grupo de féminas amantes de las bicicletas y la aventura, conformó Cicletada Rosa Antofagasta. Ahora van por la competencia en el Atacama Challenger y necesitan apoyo. Tienen un estilo de vida en torno a las dos ruedas.
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Ricardo Muñoz E.

Hace más de un año que hicieron una cicletada sólo para mujeres en la que llegaron cerca de 50 amantes de las bicicletas. Ese preciso momento fue el que encendió la mecha de algo que poco a poco se fue convirtiendo en no sólo un hobby, sino que más bien un estilo de vida que comparten estas chicas.

Con ese mismo entusiasmo llegan cinco de las integrantes de esta agrupación hasta el sector de la Avenida Brasil para esta entrevista, claro está que lo hicieron a bordo de ese vehículo infaltable: el mismo de dos ruedas que las ha llevado por varios kilómetros de viaje y aventuras en esta región.

Y comienza la presentación: "Somos Cicletada Rosa Antofagasta", como dice una de las fundadoras, Darling Castro. Resulta curioso que de entrada, la palabra "rosa" ya nos entrega el dato que se trata de sólo féminas, entre madres, trabajadoras o estudiantes, todas ellas mantienen una pasión en común: la adrenalina de subirse a pedalear en las mountain bike, siendo acompañadas de los inigualables parajes del desierto más árido del mundo.

Darling cuenta que en total son más de una veintena de integrantes las que se unieron para juntarse periódicamente en las respectivas aventuras. A veces a Mejillones, otras al Cerro El Ancla, La Portada, Coloso, San Pedro de Atacama o las mismas rutas de la región, donde sea. La idea sólo es pedalear hasta que las piernas lo permitan.

De igual forma, en las pruebas de ruta se han unido hombres a acompañarlas. Son los llamados "rosos" o las "espinas" de las rosas, como lo dice Darling.

Poco a poco comenzaron a sumarse cada vez más interesadas en ser parte de este ramillete de rosas cleteras: "nos gusta mucho los cerros. Estamos saliendo dos o tres veces a la semana y ahí están las chicas, súper aperradas", comenta Darling.

La fundadora dice que todas tienen las puertas abiertas para integrarse. El único requisito eso sí, es ser mayor de 18 años y más que todo para evitar algún tipo de problema legal, teniendo en cuenta los riesgos eventuales de sus travesías a los cerros.

Familia

El trabajo, el cansancio, la rutina, o los hijos. Ellas no tienen excusas para no salir a practicar sus deportes. Incluso cuentan que varias veces han tomado la bicicleta y se ponen a pedalear, justo antes o después de un turno de jornada laboral, no importando la hora que sea.

Y eso es vivir la pasión de lo que significa ver el mundo desde este vehículo con sólo dos ruedas.

"Aparte de pedalear, es el hecho de pasarlo bien, desestresarse. Esa es la idea del pedaleo, no tan sólo hacer kilometraje", agrega Darling.

Y explica que es con sus cletas cuando por un momento dejan de lado todos los problemas que podrían estar pasando, tal vez familiares, quizás económicos o de cualquier tipo.

No sólo eso. Dicen que por un instante, en las salidas a terreno es cuando vuelven a ser niñas. Incluso se han dado el tiempo hasta de jugar entre ellas en el barro, cuando llegan a la meta en el desierto o en los cerros."Si nos sacamos la ch...nos paramos y nos reímos", añade.

De alguna forma, en este mundo del deporte aventura no sólo viven la exigencia de la adrenalina y la parte física, sino que también forjaron una especie de familia, con gran valor en el compañerismo.

"Cuidamos nuestro entorno. De hecho, nosotras compartimos con todas las agrupaciones y nos apoyamos entre todos", agrega Darling.

Atacama Challenger

Por supuesto anécdotas son por miles. Pero quisieron resumirlas en una sola y la que es un factor común: "hemos comprado casi toda Antofagasta", haciendo referencia a que las caídas que han sufrido son incontables.

Es en ese momento cuando muestran sus heridas. Moretones por allá, raspaduras y rasguños por aquí, son las evidencias de que así es el mundo del deporte aventura. Algo así como sus medallas de cada batalla contra el sol y los kilómetros.

Y con la experiencia lograda en todo este tiempo, quisieron llevar las cosas a un nuevo nivel, al de la parte competitiva.

Por eso, la primera parada que contemplan es ser parte del Atacama Challenger, certamen que se realizará desde 29 de abril hasta el 1 de mayo, que incluye tres días de competencia a través de tres etapas de duras pruebas por el Desierto de Atacama, sumando en total cerca de 136 km.

La competencia es bastante dura, teniendo en cuenta que los participantes tendrán que atravesar caminos que incluyen San Pedro de Atacama, por las cercanías del Volcán Lincancabur, Valle de la Muerte, Cordillera de la Sal, entre otras maravillas naturales de la zona.

Pero éste es un certamen que mantiene altos costos y por eso, el llamado de las Rosas es a los empresas para tener algo de apoyo. O bien, en una tricota oficial que las pueda identificar, para lo que mantienen su Facebook Cicletada Rosa Antofagasta como el medio para los contactos oficiales.

Haciendo cálculos, esta vestimenta para ciclistas tiene un precio promedio de 30 mil pesos aproximadamente, pero esa cifra podría podría subir si consideramos que se deben mandar a personalizar y eso es solo por concepto del uniforme.

Esto porque son siete u ocho las integrantes que irán por este tremendo desafío y para lo cual se mantienen pedaleando más duro que nunca. La idea es dejar en claro que las mujeres antofagastinas están presentes con un alto nivel en el mundo competitivo de las cicletadas de largo aliento.

Katerine Ossandón, Josefina Luan, Almendra Fuentes, Irisara Lira, Marilyn Cerpa, Fernanda Merino y la mismísima Darling Castro, es el ramillete de rosas que buscará brillar en esta competencia de pura adrenalina.

"Las chiquillas son aperradas, andan en los cerros igual que los varones, al mismo ritmo y estamos súper motivadas. Yo las quiero apañar, pero el problema es la parte de los recursos. Nos falta un uniforme que nos caracterice, algo más consolidado", reconoce Darling.

Por último, el mensaje de estas chicas es a atreverse. A aquellos que recorren siempre la ciclovía una y otra vez, pero de alguna forma se les torna monótono y por lo tanto terminan guardando las cletas.

"Hay circuitos más exigentes y al final todos se hacen mejores con estas salidas", finalizan estas chicas y mientras cada una toma su respectiva bicicleta para seguir pedaleando, cada vez más fuerte, simplemente por las ganas de disfrutar de las dos ruedas.