Osvaldo Vega Carvajal

Gran alegría existe entre los "caballeros del fuego" de Calama, sobretodo en los funcionarios de la Cuarta Compañía de Bomberos, y es que el Consejo Regional (Core) aprobó por unanimidad el destinar mil 359 millones de pesos para construir el nuevo cuartel de la Bomba Alemania.

El consejero regional, Luis Garrido, manifestó que el recinto ubicado en calle Alonso de Ercilla tiene 40 años y que fue construido de a poco por los bomberos de ese tiempo, por lo que no se consideró en ese entonces la presencia de personal femenino.

Por ello, a este problema para acondicionarlo para las damas, se sumaba a que no contaban con todas las condiciones necesarias para funcionar de buena manera.

Respecto a qué consiste este proyecto que fue aprobado, Garrido dijo que "este cuartel será tipo 1, con 830 metros cuadrados construidos y contempla departamento para el cuartelero, dormitorios para el personal y baños para hombres y mujeres".

Además, tendrá un salón multiuso, una terraza, sala de máquinas, oficinas administrativas y oficinas para los directivos del cuerpo de Bomberos.

A su vez, el consejero regional recalcó que este año se invertirán más de $759 millones y el resto se otorgarán en el 2017.

Garrido enfatizó que la construcción de estas obras serán dirigidas por personal de la dirección de arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.

"Ahora se viene que se haga el mandato, porque están aprobados los fondos y posteriormente en 30 ó 40 días máximo se llamará a licitación para su construcción", dijo el consejero regional.

La autoridad informó que la idea es que estos trabajos se inicien en el segundo semestre de este año y se terminen en el primer semestre de 2017.

Gran alegría

El superintendente del Cuerpo de Bomberos de Calama, Patricio Sandoval, se refirió a esta gran noticia que recibieron, declarando que "esto es excelente, porque éste es un cuartel que se hizo de auto construcción y con esto va a quedar en un nivel de excelencia". Agregó que esperan tenerlo listo en mayo o junio de 2017.

Preocupación existe en las organizaciones animalistas de Antofagasta debido a una "ola" de devoluciones de perritos que ya habían sido adoptados por familias. Según Claudia Fuentes, de Adopta un Amigo, es frecuente que en una jornada de adopción puedan entregar ocho o nueve perritos, "y a la misma noche nos están devolviendo dos o tres", dice.

Las razones que tienen para devolver los perritos van desde que la gente se cambia de casa, o el perrito les hace tira las plantas, o que alguien de la familia era alérgico, o que simplemente no pensaban que iba a crecer tanto. "Nosotros siempre recalcamos que el perro en adopción es para toda la vida, que hay que ser muy responsable con su mantención", cuenta Myrna Galleguillos, de Ambita Antofagasta.

En esa agrupación, los interesados en darle una casa a un perrito sin hogar primero deben firmar un contrato de adopción, donde se comprometen a estar pendientes de su cuidado. "Lamentablemente algunos no tienen conciencia. Cuando no los quieren los tiran a la calle. Si tienen una urgencia familiar los podemos reubicar desde la casa de ellos hacia un hogar, agrega.

Con el objetivo de sensibilizar a las personas con consumo problemático de alcohol y otras drogas, se realizó en San Pedro de Atacama un taller encabezado por el trabajador minero y voluntario como técnico en rehabilitación, Cristian Palacios.

El vocero de este taller fue consumidor de drogas durante cinco años.

Cuando "tocó fondo", como el mismo lo describió, se trasladó con mucho esfuerzo por parte de su familia a República Dominicana, donde estuvo en tratamiento para dejar el consumo. Su estadía y lucha contra las drogas se extendió durante dos años.

Así, en un lenguaje sencillo y frontal explicó a los asistentes los daños que produce el consumo de drogas, sus aprendizajes más íntimos y el cómo ha logrado salir adelante los últimos 12 años sin consumir; reconociendo que es un enfermo crónico y que como tal, debe mantenerse siempre alerta ante esta temática. Esta actividad fue desarrollada en la sala de reuniones de Fundación Minera Escondida y fue gestionada por la Unidad de Tratamiento de Senda en San Pedro de Atacama.