Nos tocaron la oreja
En el barrio el "tocar la oreja" del rival era motivo instantáneo para provocar el enojo o la reacción del mismo. Y es lo que creo que buscó la columna nacida de la pluma de un colega santiaguino que, con una serie de argumentos, sostiene la teoría de que la nueva casa de Cobreloa sea la capital, pues los calameños y calameñas no hemos sido capaces de cuidar este patrimonio que nos pertenece, pero que no hemos sabido cuidar ni desarrollar en el tiempo, lo que ha provocado que su sustentabilidad esté en constante riesgo.
Es este punto del que hay que preocuparse más allá de molestarse o no con la propuesta presentada desde el "centralismo".
Y en este sentido la reflexión debe ser más profunda y objetiva, de manera de buscar -ahora y no mañana- los caminos que permitan revertir el complejo momento institucional que vive el club.
Por lo demás, más allá de los grandes errores cometidos (y pocos asumidos), la cuna y el alma de Cobreloa están en Calama y Chuquicamama.
Y es aquí donde debemos ser capaces de cuidarlo y refundarlo. Ese es el desafío, esa es la tarea.