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En este rinconcito de Filzic el tiempo se detuvo

Nery Jiménez cautivó a los visitantes con sus objetos, especialmente cámaras, de los siglos XIX y XX. Hace 25 años que se dedica a coleccionar objetos de antaño.
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No todo fueron páginas y texto de libros en la Filzic. Hubo espacios para todos los gustos y uno de ellos, llama la atención todos los años porque de alguna forma, este rinconcito se ha transformado en algo así como una especie del túnel del tiempo. Por un momento aquí, nada de la tecnología actual existió.

Entre medio de cachivaches antiguos, cámaras , juguetes, monedas, teléfonos, fotografías, y otros artículos de comienzos del siglo XX, además de fichas que se utilizaban en los tiempos de las salitreras, una calculadora bastante pesada, así como también afiches de grandes películas de antaño, se encontraba Nery Jiménez.

Él poco a poco ha ido de alguna forma rearmando la historia mediante uno que otro objeto que ha podido adquirir, al principio de puro gusto y ahora para vender.

Hace 25 años que comenzó con esta idea. Inició por el agrado de coleccionar artículos, como sus cajetillas de cigarros o bien, con los autos de juguete fabricados de metal que le traía su padre desde Europa.

Hoy son cientos de artículos de siglos pasados los que mantiene en su tienda de antigüedades llamada "Catalejo Antiques", la que también se puede encontrar en Facebook.

No sólo personas de la tercera edad se quedaron admirando cada uno de los artículos, sino que se acercaron jóvenes mirando reflexivos al principio y sorprendidos después de darse cuenta de que eran cámaras de fotos de los años 20'.

"He estado en casi todos los años de Filzic, siempre promoviendo nuestro patrimonio, la historia del norte y también a la vez exponiendo mi hobbie, que son las cámaras fotográficas, los proyectores. Soy coleccionista de 1850 hasta 1950, en donde humildemente trato de contarles a los niños cómo ha sido el desarrollo de la fotografía que es muy interesante", comentó este recolector de objetos del pasado.

Con el correr de los años, Nery fue dejando un poco el tema de la colección de artículos por gusto, para así también venderlos.

Poco a poco se acercaba la clientela. Algunos preguntaron sobre una balanza usada en los tiempos del salitre. Otros llegaron a conversar: "mi abuelo tenía uno de esos autos de metal", decían quienes se acercan atraídos por la tecnología del pasado.

"Las antigüedades que tenemos en el norte tienen mucha influencia de la época de las salitreras con la telefonía, los adornos, los instrumentos de medición, radios, las mismas fichas, todo muy importante porque es parte de nuestra historia que tratamos de resaltar", añade Nery.

Este verdadero fanático de la historia dice que la clave para llegar a tener todos estos artículos, simplemente fue preguntar. Así tal cual, preguntarle a los demás si es que tenían algún objeto que no utilizaban, para que al final se lo vendieran o lo intercambiaran por otro.

"A los niños les encanta la fotografía, es algo muy curioso porque no entienden cómo a través de estas máquinas se pudo sacar una foto y también les llama la atención las vitrolas", comenta y añade que le preguntan de entrada "¿Qué es eso? ¿Cómo suena", agrega.

Un atractivo histórico que estuvo en esta importante feria y que nos llena de nostalgia.