Cartas
La Cascada de basura
El desierto es bello, sin duda, por lo que se agradece a la naturaleza que en medio de la aridez haya espacios de verdosa hermosura como el que encontramos en La Cascada, una de las zonas de esparcimiento predilecta de los calameños. Pero, así como sorprende que el desierto más seco del mundo guarde en su interior agua y vegetación como en ese lugar, igual impacta advertir que una parte no menor de quienes visitan este verdadero regalo de la naturaleza, no sepa conservarlo. Personas irresponsables dejan tras de sí una hilera de inmundicia que va desde botellas y latas de cerveza hasta pañales desechables y bolsas plásticas. En ocasiones, voluntarios de empresas e instituciones dedican una jornada a recolectar desperdicios. Sin embargo, uno se pregunta por qué unos pocos tienen que hacerse cargo de la inconciencia de muchos.
Me pregunto si entre estos ciudadanos insensatos están quienes suelen reclamar derechos al Estado o si están aquellos que demandan más recursos para Calama.
¿No les parece acaso que si queremos bienestar para nosotros y nuestra ciudad tenemos que empezar primero por algo tan básico, como cuidar y respetar nuestro entorno?