No otro león, no otro gorila
@FranCorralS / Francisca Corral | Directora de fundacionjulieta.cl
Soy madre y para mí, al igual que para cualquier (o casi cualquier) madre o padre, la vida de nuestros hijos es lo más importante y más relevante que la de cualquiera. Lo siento así y empatizo con eso.
Pero si yo como madre llevo a mi hijo al zoológico (independiente de lo reprochable que me parece querer enseñarle a mi hijo que es normal ese tipo de cautiverio) y éste escala una jaula -lo que me imagino no debe ser tan fácil ni tan rápido para un niño de cuatro años- y luego se tira a una fosa en donde hay un gorila de 180 kilos, creo que debieran revisar mi capacidad de cuidarlo.
Si no saben de qué hablo les cuento que termina igual que la de los leones en Santiago, pero esta vez en Cincinnati, Estados Unidos. Un niño de apenas cuatro años cayó a la fosa de Harambe, un majestuoso gorila de espalda plateada que nació en cautiverio en Texas y llegó a Cincinnati en 2014, para formar parte del programa de reproducción de gorilas occidentales de tierras bajas de ese zoológico, el más exitoso de Estados Unidos.
Muchos han analizado lo que pasó en esa jaula y si haber matado a Harambe era lo único que podía hacerse para salvar la vida del niño que, a ojos ignorantes de la conducta de los gorilas, la situación iba a terminar en una fatalidad. Pero los expertos señalan que esa no era la situación y que, de hecho, Harambe estaba sintiendo curiosidad y deseos de protección.
De las cinco especies de primates (incluyendo humanos) los gorilas son los menos violentos. Claramente, son brutos en sus movimientos ya que tienen la fuerza de 20 seres humanos, pero no son asesinos, sino más bien protectores. Son grandes observadores. Tienen mucha paciencia y suelen evitar los conflictos a no ser que haya una hembra en juego. Normalmente se limitan a hacer algunas demostraciones de fuerza, como golpearse el pecho o patear algún objeto. Pueden propinar algún empujón, pero nunca llegan muy lejos. Si la intención de Harambe hubiera sido matar, el niño hubiera fallecido al instante. Ahora claro, empatizo con esa madre y si veo a mi hija en esa situación posiblemente enloquecería. Pero este nuevo lamentable hecho pone en el tapete, una vez más, que Harambe y miles de otros como él nunca debieron haber estado ahí. Por eso el foco de atención debe ser el bienestar de los animales y la investigación que se está llevando a cabo en ese zoo. Paralelamente debemos empezar a pensar cómo vamos a ir erradicándolos y convirtiendo los que existen en centros de conservación y rehabilitación, en vez de un lugar de sufrimiento y exhibición.
"Si la intención de Harambe (el gorila asesinado) hubiera sido matar, el niño hubiera fallecido al instante."
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