Una comunidad de chefs enseña pastelería a vecinas
En el Centro Comunitario André Jarlan, en la 18 de Septiembre, cada semana se reúne un grupo de vecinas para aprender cocina con un grupo de antofagastinos tan jugados por su proyecto, que hasta piden plata en la micro para echarlo adelante.
Pasó una tarde, arriba de una micro. Mientras algunos miraban la ventana, el reloj o el celular, Luis Vega Corrales (26), egresado de Gastronomía en el Inacap, se subía a un taxibus a pedir plata. Sacó un Ipad y les fue contando a los pasajeros sobre su proyecto, Think and Eat, una comunidad de cocineros y profesores que, entre otras actividades como medio de difusión de los sabores, enseñan cocina en poblaciones vulnerables.
-Soy aspirante a chef, y necesito ayuda- les dijo a los impacientes pasajeros de la micro.
Vega dice que no tiene -ni debería- tener vergüenza por subirse a pedir monedas, porque ni siquiera son para él, sino para otros, para hacer correr un proyecto que comenzó hace un mes atrás. En el Centro Comunitario Padre André Jarlan, en la población 18 de septiembre, decenas de mujeres aprenden pastelería y banquetería con los insumos que -en esa ocasión- se compran con colaboraciones o con el mismo Luis pidiendo plata en una micro.
Muchas veces alguien pone unos kilos de azúcar, alguien otros de harina o lo que se vaya requiriendo en el proceso. Todo el proyecto se hace en colaboración.
Cocina
La idea partió en la navidad del año pasado. La gente de Think and Eat decide realizar una cena de fin de año en el Centro Comunitario y de repente salió la idea de hacer clases a las mismas personas que asisten a la institución, propiedad de la Iglesia Católica administrado a través del Arzobispado de Antofagasta. Con Soledad Olmedo, maestra de pastelería, se pusieron manos a la obra.
Al principio, el proyecto era complejo de concretar, principalmente por el tema de los insumos requeridos para enseñar a hacer un alfajor o un dulce de maicena. Con las colaboraciones y la coordinación de los implementos, la primera clase se hizo el 27 de mayo, con la presencia de trece vecinas de la 18 de Septiembre y de poblaciones aledañas, como la Corvallis.
-Fue muy emocionante- recuerda Luis- Ellas estaban maravilladas con lo que estábamos haciendo, a pesar que tenían una vida ya hecha, habían personas de 70 años que estaban aprendiendo pastelería. No se detenían ante nada.
Una de esas personas a las que Luis Vega se refiere es doña Justa. Con más de siete décadas en el cuerpo, la vecina lleva años participando en el Centro y ahora está dentro de las alumnas de las clases de pastelería.
-Ella sola se saca servicios para 200 personas, siendo que yo necesito un equipo completo para todo eso. Tú te programas con un equipo para trabajar en un evento para esa cantidad de personas, sus seis personas, pero ella sola con su motivación y aprendizaje de tiempo, logró preparar todo eso- dice el egresado de Gastronomía.
El Centro André Jarlan es administrado por dos religiosos, los Hermanos Richard Vásquez y Vladimir Nuñez. El Hermano Richard cuenta que ahí funciona un comedor donde se da almuerzo los jueves, viernes, sábado y domingo a cerca de cien niños. "Ahora entregamos a familias, hay cincuenta familias que van a buscar los almuerzos", dice el religioso.
-Antiguamente habíamos tenido profesores que enseñaban de una mesa. Este joven les indica y las hace trabajar. Entonces ha gustado enormemente, las señoras sienten que hacen algo y aprenden- explica el Hermano Richard.
El director del Centro Comunitario cuenta que se pide ayuda para poder continuar con los cursos. Su sueño es hacer un curso de costura, pero faltan los voluntarios que quieran entregar su tiempo y cariño a los vecinos que asisten a este espacio de Elqui 1487, "y también pueda fomentar el autoestima de las propias señoras, dueñas de casa, la gente pobre", dice el Hermano.
Think and eat
Inicialmente, "Think and Eat" (en inglés, Pensar y comer) era solamente Luis. La idea parte a mediados de 2012, cuando él entró a estudiar Gastronomía y surgió como una forma de ir construyendo conocimiento a través de la cocina. "La idea empezó a mutar un poco y se transformó en lo que es ahora, un medio de difusión". La comunidad fue sumando gente. Ahora está Javier Álvarez, Alison Carvajal, Massiel Manque, entre otros.
-Falta una entidad que nos apadrine con el tema de dinero- dice el chef hablando sobre el proyecto de un molde para replicar esta idea en otros puntos de Antofagasta-, porque hasta ahora está la disposición de La Maestra que no nos ha cobrado ni nada- explica.
La ayuda ha surgido, hasta ahora, de empresarios de restaurantes y cafés, pero Luis comenta que falta aún un impulso que les permita funcionar con lucas y llevar la cocina a más sectores de la capital regional. Y si no sale, por mientras no va a dudar en volver a subirse a la micro a pedir ayuda para ayudar a otros.
-Les digo que un ciudadano está ayudando a otro, no más que eso. Les genera esperanza saber que no sólo el gobierno se está moviendo, sino que los mismos vecinos están intentando ayudar.