Redacción
La agresividad con que actuó fue lo que llamó profundamente la atención de la víctima.
No lograba entender cómo un niño que recién comienza a recorrer el camino de la vida, era uno de los delincuentes que lo asaltaba.
Los hechos se registraron alrededor de las 19:00 horas en el sector central de la ciudad.
La víctima fue un hombre de 23 años que transitaba por el sector de calle Loa con 23 de Marzo en su bicicleta.
De forma sorpresiva un sujeto se le acercó para ofrecerle la venta de algunas especies, que no descarta hayan sido también obtenidas a través de un robo.
Estaba conversando con el desconocido cuando de forma sorpresiva por su espalda aparece el pequeño y le comienza a tironear su bicicleta afirmando que le pertenecía.
Comenzó a forcejar con el pequeño, momento en que el adulto comenzó a registrarle los bolsillo para sacar todas sus especies de valor.
No lograba entender muy bien qué era lo que estaba sucediendo y menos dimensionaba que estaba siendo víctima de un robo a manos de un menor de edad.
Cuando en conjunto el adulto y el niño concretaron el robo, comenzaron su retirada del lugar.
En ese momento nuevamente se registró un acto que sorprendió al afectado.
El menor tomó una botella de vidrio y amenazó con agredirlo en caso de que intentar salir en su persecución al momento de comenzar su huida.
El nivel de violencia y decisión con que actuó el pequeño dejó atónito a la víctima.
Rápidamente ambos desaparecieron del sector perdiéndose en los pasajes de la zona, amparados en la oscuridad de la noche.
Cuando lo abandona la congoja sufrida al verse enfrentado a un hecho tan particular, concurrió hasta la unidad policial a realizar la denuncia.
Aportó escasos antecedentes sobre los delincuentes a personal de Carabineros, por lo que fue imposible iniciar una búsqueda por el lugar para intentar dar con su paradero.
Además de la bicicleta que se llevó el pequeño, el adulto le sustrajo de entre sus pertenencias dos equipos celulares y algo de dinero en efectivo, lo que a la postre se convirtió en el botín del robo.
23 años tiene el joven calameño que se convirtió en víctima de un robo por parte de un menor de edad.