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Hombre fabricó una ingeniosa prótesis con botella de bebida

Sufrió una amputación el 2014 por una ampolla infectada. Actualmente trabaja y aconseja a otros discapacitados.
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Naguib Danilla Segovia

El 2014 era un año que prometía puras alegrías para Pedro Reyes (59). Ese año nacía el primogénito de su hija Bessy. Un nieto muy esperado para él y su señora. Por lo mismo en mayo de ese año viajaron a Iquique para esperar el nacimiento del pequeño.

Esta dulce espera para este maestro constructor la tuvo que complementar de la única manera en la que sabe matar el tiempo: trabajando. Y así fue como se embarcó en algunos proyectos de reparaciones en la Tierra de Campeones.

Mientras esperaba que su hija menor diera a luz, el oriundo de Estación Central trabajaba a sol y sombra en una protección de seguridad para una casa de la ciudad, lo que le generó algunas marcas en su cuerpo. Manifestaciones corporales que posteriormente tendrían graves consecuencias.

A Reyes tras las extensas jornadas laborales, le salió una ampolla en la planta de su pie izquierdo. Llaga que lo tuvo sin cuidado durante unos días, pero que le pasó una mala jugada en los días posteriores, ya que le dejaría una marca imborrable para su vida.

Esta ampolla se le reventó mientras trabajaba, lo que le provocó una infección que se agravó con su condición de diabético. En el primer diagnóstico, lo enviaron donde un podólogo. Mala decisión según cuenta, ya que no había curación que le detuviera el mal estado de su extremidad.

Fue así como llegó al Hospital Regional Ernesto Torres Galdames, lugar donde no corrió con mucha suerte, ya que justo en esas fechas hubo un percance en el recinto de salud producto del reciente terremoto que había azotado tierras tarapaqueñas en abril de 2014.

"Yo para superar esa situación, me tenían que hospitalizar para inyectarme antibióticos intravenosos y lo más importante es que tenían que hacerme un aseo quirúrgico (...) Lamentablemente en el hospital, porque había sucedido recientemente el terremoto de 2014, estaban muy complicados con el tema pabellón (...) Pasaron seis, siete días y no me hicieron aseo quirúrgico", confiesa.

Casi una semana después de este incidente, el doctor Zambrano, a cargo de su tratamiento, observó una avanzado gangrenamiento de su extremidad, que concluyó en una drástica decisión que le salvaría su vida.

"Ellos tuvieron que optar por amputarme el pie porque se me había gangrenado, me había entrado gangrena (...) me planteó fríamente el doctor: 'don Pedro le amputo la pierna y le salvo la vida'. Entonces ante una propuesta de este tipo, no son muchas las alternativas y opté por firmar la amputación", recuerda.

Prótesis

Una vez que le cercenaron su extremidad, Pedro Reyes pensó en un momento en quitarse la vida, aunque prontamente se repuso de su depresión y empezó a ejercitar sus brazos. Sabiendo que ese era el comienzo de su recuperación.

"Dios me dio inteligencia, me dio recursos económicos, me dio habilidad en mis manos, la habilidad de construir cosas. En ese momento determiné que yo me iba a hacer una prótesis y me autoconvencí de que yo me iba a hacer una", recalca enfáticamente el hombre.

Una vez que lo dan de alta, luego de una complicada cicatrización y varias adversidades como el no tener ascensor por ocho meses en su edificio, él se fabrica su prótesis, la que comenzó como una idea que tenía un objetivo muy claro según cuenta: buscar alivio para descansar.

"Yo tenía el pie amputado y asumía esta posición para descansar (ejemplifica recostándose para atrás y mostrando el desnivel en que quedaban sus dos piernas al estar acostado. Comencé a sentir efectos en la columna", relata.

Por consiguiente, y su experiencia en el ámbito de la construcción y manualidades, señala que "se le prendió la ampolleta" un día cuando ve una botella de bebida, la que visualizó como su solución mientras esperaba su prótesis definitiva que le brindaría el Estado chileno.

"Como tú estás postrado tienes tiempo para pensar (...) En un momento determinado pensé que debe haber algún elemento que me permita mayor altura o mayor profundidad en mi muñón y que a la vez yo pueda insertar un trozo de PVC y quede más pegadito a la pierna el muñón y dentro de eso, de repente, llegó la idea mirando una botella de bebida", destaca agregando que ahí le llegó el "chispazo".

Esta prótesis hecha en base a la botella de una bebida, con el tiempo fue sufriendo modificaciones, las que siempre iban orientadas a hacer esta fabricación cada vez más confortable.

Ya en marzo de 2015, Pedro Reyes afirmó que estaba trabajando y cuando iba a las sesiones de rehabilitación estaban todos sorprendidos en el hospital por su ingenio y por su milagrosa recuperación.

"Me evaluó el kinesiólogo y me dijo 'camine para allá, camine para acá' y para hacérmela difícil me dice 'camine para atrás'. No lo había hecho, me acomodé y anduve para atrás (...) Ahí yo le dije al doctor que camino con prótesis y me dijo que a la segunda sesión la trajera", explica señalando que ya para la segunda instancia de recuperación fue con su artesanal invento.

Este hombre, ya una vez rehabilitado sintió el deber de traspasar su experiencia a otros pacientes que estuvieran pasando por una amputación. Ahí fue como él empezó a ir al hospital a hablar con los pacientes afectados. Lo que según manifestó no fue sencillo, porque muchas veces no lo dejaban pasar al recinto.

Para él fue de gran ayuda la compenetración que logró con la Jefa de Cirugía del hospital, Ninoska Maquieira, la que le otorgó una credencial que le facultaba libre acceso al establecimiento.

Pero la historia de superación de este luchador hombre no se quedaría ahí e ideó un proyecto, que en estos momentos es ejecutado a través del programa Inspira de Senadis, que tiene como objetivo ayudar con sus conocimientos a los pacientes amputados y enseñarles, si estos acceden, a confeccionar prótesis a la medida.

"Es entregarle una prótesis estética, con los efectos secundarios que ello conlleva. Fabricada por mí o en conjunto con la persona que se hiciera partícipe de la fabricación", dice.

Hasta el momento ha fabricado 4 prótesis para distintos pacientes, a los que pacientemente los "aleona", ya que él considera que perder una extremidad no es el fin del mundo, sino una oportunidad de superación.

"No son muchas las alternativas y opté por firmar la amputación"

Pedro Reyes, constructor."

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