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Geografía de las tragedias: las animitas en la costa de la ciudad

Accidentes, crímenes, desapariciones y milagros son algunas de las historias que se ocultan detrás las más de 40 animitas que se encuentran diseminadas a lo largo de la costa de Antofagasta, formando una verdadera ruta de pena.
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Cristian Castro O. - La Estrella de Antofagasta

En el sector de playa amarilla, en el extremo sur de Antofagasta se encuentra una pequeña casita de cemento recubierta por baldosas de no más de medio metro de altura, justo a un costado de la carretera.

Nada la diferencia del resto de construcciones de similares características (conocidas popularmente como 'animitas') que también están aledañas a ella, salvo un curioso detalle que la distingue dramáticamente. Una desgastada corbata escolar anudada en su cruz flamea levemente cada vez que un vehículo le pasa por el lado a alta velocidad.

¿Corresponderá a un menor atropellado, asesinado o que haya sufrido alguna otra desgracia? Algo de esto se puede adivinar, ya que en su interior, sin contar el esperma de velas derretido y unas pocas flores de plásticos ennegrecidas por la tierra yacen algunos juguetes esparcidos, pero su placa nada explica ya que las letras están ilegibles por la acción de la brisa marina, por lo cual, y como muchas otras que hay, en su interior, esta animita guarda el secreto de su origen.

La triste ruta

A lo largo de la extensión costera de Antofagasta (considerando a Inacap por el norte y Coloso por el sur) Se encuentran más de 40 animitas esparcidas por el camino.

Algunas de estas son muy populares y hasta ostentan el grado de milagrosas entre la comunidad, mientras que la gran mayoría pasan desapercibidas y unas cuantas se encuentran en completo estado de abandono.

Cada una de ellas responde a un episodio distinto, cada una de ellas, desde la más conocida hasta la más anónima, sientan su origen en alguna tragedia, que en la mayoría de los casos, tiende a relacionarse con los accidentes vehiculares.

Pero también al observarlas, uno se percata que esta tradición está lejos de desaparecer, ya que también muestran una evolución a través del tiempo, cambiando su tradicional estructura (basada en una pequeña casa) para convertirse en verdaderos santuarios que ostentan murales pintados o con megafotos digitalizadas del fallecido.

La más antigua ubicada en el sector sur data de 1960, pero probablemente existan aún más viejas debido a que muchas ni siquiera tienen placa, ya que la perdieron por la antigüedad, pero empezando el recorrido por el sector sur aparece la animita más popular.

Veinte años Sin rastro

En la caleta Coloso, precisamente en el sector de Playa Amarilla se encuentra la animita más famosa del lugar y, probablemente, de todo el extremo sur de Antofagasta, la de 'Carlitos'.

La animita recuerda a Carlos Hidalgo, un joven de 23 años que una tarde de verano de 1996 se metió al mar para capear el calor, pero el océano, caprichoso, jamás lo regresó. Después de 20 años, en el lugar donde desapareció el joven existe una construcción que constantemente es visitada por los lugareños debido a que 'Carlitos' es un alma que intercede por las necesidades humanas.

"Muchos le respetamos, su historia caló en muchos de nosotros por lo cual siempre le encendemos velas y le visitamos", cuenta el vecino de Coloso, Juan Parra.

Una joya oculta

A poca distancia de 'Carlitos' existe otra gruta que no tiene datos sobre su origen, sin embargo cuenta con una imagen que resulta una verdadera joya de colección. Se trata de una pequeña escultura religiosa que honra la leyenda de la 'Difunta Correa', la santa argentina que estando muerta, siguió amamantando a su pequeño hijo.

De las más de 40 animitas que hay en el borde costero, la mayoría se concentra en el sector sur, y gran parte de ellas recuerdan a jóvenes que fallecieron producto de volcamientos u atropellos.

Tal vez el más emblemático de estos es el que se encuentra a metros del Rock and Soccer, y que recuerda a Rodrigo Chaparro Aravena, el joven rapero de 21 años que falleció en marzo del 2009 producto de un mortal atropello. Por eso, la misma construcción, para crear conciencia en los choferes, llama a no ser imprudentes. 'Sr. conductor, cuide su vida y la de los demás. Maneje con precaución', reza el mensaje.

Sector Norte

Las animitas costeras por el lado sur finalizan frente al sector de playa 'Las Almejas' y de ahí ya no se ven estas construcciones debido a que el centro está dedicado especialmente al paseo, recreación y turismo, pero ya en el sector de Parque los Eventos, vuelven a brotar con intensidad.

La ermita milagrosa por excelencia de la costa norte es la que se encuentra en las cercanías de playa 'Las Petroleras' y que demarca el sitio del hallazgo del cadáver de Juana Guajardo, mujer asesinada en el verano de 1983 cuyo brutal homicidio movió a la comunidad a erguir prácticamente una cabaña para albergar el alma de esta infortunada mujer.

Por último, cabe resaltar que justo detrás de la animita de la 'Juanita', existe una rompiente de olas que se adentra en el océano y que ostenta una enigmática cruz de acero oxidada de no más de medio metro de altura que, fuera de la inscripción de 'Romelio C.' nada más dice sobre su origen.

Para el sociólogo de la Universidad Diego Portales, Guillermo Fuentes, la importancia de las animitas radica no solo en honrar la memoria del difunto, sino que también "pone en relieve su capacidad 'negociadora' con el más allá, de manera que esa intermediación es la que los creyentes o 'solicitantes de favores' dejan inscrita en estas grutas urbanas con placas recordatorias o agradecimientos, y/o presentes que se ganan la buena voluntad del difunto, como velas, fotografías o cualquier objeto que demuestre cercanía", explica el experto.

Por lo que queda demostrado que esta especial tradición está lejos de desaparecer y, aunque es lamentable el origen de su existencia, están apareciendo nuevas animitas milagrosas, como la de la joven liceana Daniela Tirado, (atropellada en mayo del 2014 en las cercanías del balneario Trocadero) la cual a pesar del poco tiempo que lleva en el sector, ya ostenta placas de agradecimientos por favores concedidos.