Madre soñó un mes antes con la muerte de su hijo Tomás Cancino
El niño se convirtió en un verdadero héroe luego de salvar a su hermano tras ser alcanzado por un vehículo cuando atravesaban la Avenida Circunvalación para llegar a su casa en el sector del Peuco Maratón.
Esa tarde de marzo, después de que cientos de personas volvían a casa tras acompañaron a Tomás Cancino en su despedida, también lo hacían sus padres.
El momento más doloroso del último adiós. Ese cuando te topas de frente con la ausencia, cuando comienzas a dimensionar que no habrá un regreso… que solo queda aprender a convivir con la dolorosa partida.
Han sido cinco meses de profunda tristeza, de incesante dolor. De buscar respuestas a interrogantes que jamás las tendrán, pero sobretodo, de luchar por reconstruirse en base a los recuerdos de quien hoy ya no está.
Pero esa pena inconmensurable la han convertido hoy en el motor que los mueve a seguir adelante. A luchar por los que siguen y avanzar juntos, tal como le hubiera gustado a Tomás.
Afrontar el recomenzar después de aquel 9 de marzo, cuando la vida para Celie, Jorge, Fernanda y Ariel cambió para siempre. Cuando perdieron a un hijo y hermano pero vieron nacer a un verdadero héroe, ese que hoy es recordado por los cientos de madres, tíos, y hermanos que ganó esa jornada.
Una historia que no quisieron escribir pero que el destino insistió en entregársela. La partida de un muchacho de 15 años lleno de sueños y desafíos, que vio truncado su futuro por una imprudencia (…) o tal vez un descuido.
Qué importa hoy saber los motivos, cuando lo realmente importante es seguir unidos como familia caminando hacia un futuro que cambio el día que murió Tomás.
La entereza de sus padres conmueve. Lidiar con el dolor y convertirlo en motivación es admirable y no deja de asombrar.
Sentada en la cocina de su hogar, ese que hoy evidencia la ausencia de su pequeño, Celie reconoce que han sido los cinco meses más duros de su vida, pero que es su propio hijo el que le da la fuerzas para seguir adelante, luchando por sus hermanos y por toda su familia.
Celie tuvo que buscar esas fuerzas que creyó perdidas para ponerse de pie, mirar adelante y seguir el camino. Su hijos Fernanda y Ariel y su esposo Jorge, han sido pilares fundamentales en este proceso. Juntos han debido aprender a vivir sin Tomás, aunque su recuerdo sigue más vivo que nunca, no tener la oportunidad de fundirse en un abrazo sigue siendo duro.
A cinco meses de su partida, hoy hablan de este duro peregrinar como familia.
Nunca se pasará
La familia sabe que el dolor no pasará, pero aprendieron a convivir con el. Sus rostros evidencian una tranquilidad que en un comienzo fue esquiva, pero que paso a paso han ido recuperando.
¿Pero cómo se repone una madre de esa pena infinita. Cómo logra levantarse cada mañana para luchar por los suyos?
La voz de Celie se vuelve temblorosa al momento de responder. El tiempo ha sido poco para reconstruirse pero está segura que va por buen camino.
"Es cierto se te fue un hijo y ese dolor nunca se te va a pasar. Te acostumbras. Miro al Arielito o a la Fernandita y digo, si yo decaigo ellos van a decaer, en la noche le prendó una velita a Tomás, lloro y me voy a acostar", así convive con su dolor.
No tener a sus otros dos hijos y al hombre que decidió tomarla de la mano hace unos años para caminar juntos, pudo haber hecho que todo fuera distinto. "Yo me habría ido con mi niño, no podría haber soportado esto".
Es que Tomás era un niño en cuerpo de grande. De la nobleza más pura y la bondad más transparente e infinita.
Amante de los vídeo juegos su padre dijo que este año tenía un gran desafío, uno que quedó en el tintero. "Su meta de este año era ser un gamer (jugador de videojuegos) reconocido y para eso íbamos a comprar otro play, otra cámara. Pero su play murió dos días antes que pasara el accidente, por algo sería", relató Jorge.
La vida se confabuló para que la despedida de Tomás comenzara antes, en forma silenciosa y quizás algo sutil.
Pequeñas señales que decían que su labor estaba cumplida en este mundo pese a su corta edad y que ahora otros debían seguir sus pasos.
Su corazón de madre le dijo mucho antes a Celie que quizás su hijo iba a partir antes de lo que quizás la naturaleza insiste en imponer, cuando enseña que son los hijos quienes despiden a los padres.
"Yo soñé un mes antes que uno de los pollitos se los llevaba el mar. Era el pollito del medio y desperté llorando. Jorge me dice hay que cuidar a Tomás", eso fue solo el comienzo del último adiós.
Cuando se acercaba ese último día, el dolor iba en aumento. "Una semana antes yo sentía que se me iba.... lo abrazaba y lo miraba. Bajaba del trabajo y bajaba llorando" relató emocionada Celie.
Tomás tenía transporte a la escuela pero eso retrasaba su llegada de regreso a casa. Hace mucho tiempo había decidido realizar el recorrido a pie.
Siempre lo hizo solo, su pequeño hermano Ariel sí usaba el bus en dirección a su hogar, pero ese 9 de marzo todo fue diferente y Celie lo presentía.
"Un día antes le dije: Tomás por favor vente en el bus, no te vengas caminando.... el me respondió... no te preocupes, nunca me va a pasar nada y al otro día ocurrió eso", confidenció emocionada.
Esa jornada en que cambió su vida, Celie estaba trabajando. Recibió un llamado donde le avisaban del accidente que habían sufrido sus hijos. "Me dijeron que no había sido nada grave... luego hable con Jorge y me di cuenta que había algo más", relató.
Los días siguientes fueron duros. Cada día los médicos daban menos probabilidad de vida a su hijo. Hasta que finalmente falleció por las lesiones que sufrió cuando luchó por salvar a su hermano.
Jamás pensaron tener el apoyo que recibieron de toda la comunidad y hoy lo agradecen, creen que la mejor forma de hacerlo es luchando porque no existan más Tomás.
"Queremos esa pasarela, porque no queremos que vuelva a pasar algo así, son años esperando y no queremos más historias así", apuntaron con firmeza Jorge y Celie.
La unión de la familia emociona. Recuerdan a Tomás a cada minuto con ternura y profundo amor, ese mismo que han seguido recibiendo incluso a sus compañeros.
Una historia que los fortaleció y que los ha llevado a seguir luchando por conseguir justicia para su hijo y hermano.
El comienzo de un nuevo camino que recorren sin olvidar por un segundo a Tomás.