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Ella inmortaliza con su lente cada jugada del fútbol amateur

Las canchas de la región se han convertido en la oficina de trabajo de Kenia Castillo, que cada fin de semana toma su cámara, ingresa a un mundo reinado mayormente por hombres, para así registrar la pasión del peloteo de barrio.
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Ricardo Muñoz E.

Ya está bien avanzado el segundo tiempo. Juegan Asotel y Escondida la final del regional de Clubes Campeones, y en medio de los gritos de la hinchada se viene un córner. Es entonces cuando ella se acerca al área, se prepara y lleva su ojo al visor de su cámara Canon, mientras pone el dedo en el disparador.

Suena el pito, se eleva el esférico y suelta la ráfaga de su máquina: al menos cinco fotos de aquel cabezazo que conectó un hombre y que al final quedó en las manos del portero y al mismo tiempo, en la memoria de su cámara fotográfica.

Esa es la mejor descripción de todos los fines de semana (o a veces dentro de la semana) de Kenia Castillo Polanco, fotógrafa por vocación y quien ha hecho de las canchas de tierra y pasto sintético del fútbol amateur de la Región de Antofagasta, su oficina de trabajo.

Oriunda de Illapel en la Región de Coquimbo, la menor de 10 hermanos, llegó a Antofagasta con su familia principalmente por motivos de trabajo y logró hacer de esta ciudad, más bien de sus campos de juego, un verdadero hogar.

Inició como entrenadora de las series menores de Ferrobadminton de la AFA, pero poco a poco fue comenzando a meterse en la fotografía por gusto.

Hace seis años y con una cámara básica, empezó a trabajar capturando imágenes para la página Antofagastina-deportes.blogspot.com, lo que realiza hasta ahora, cubriendo cuanta liga se le pone en frente.

Y para muestra un botón: Kenia ha llevado su lente por los partidos de la Asociación Luciano Durandeau de Antofagasta (AFA), el Ancla, la Liga Laboral, Liga Norte, además de encuentros en Mejillones o en Taltal, además de Calama y Tocopilla.

Incluso ha viajado a otras ciudades de Chile, la más lejana Chiloé, por nacionales de fútbol y siempre para capturar las mejores jugadas a través de su lente.

Obviamente, Kenia se reconoce como una fanática del deporte rey.

Ella es hincha de Ferrobadminton senior en el amateur, además de Colo Colo en el profesionalismo y cuando no está tomando fotos en las canchas, se encuentra en su casa siguiendo los partidos por la televisión.

Hasta los de Champions League sigue y hace unas semanas, pasó rabias con los encuentros que tuvo la selección chilena frente a Paraguay y Bolivia en las Clasificatorias.

"Mamá, viene llegando de la cancha y te pones a ver fútbol de nuevo", le dicen en tono de broma sus dos hijos mayores, los mismos que ya están acostumbrados a que Kenia prácticamente respire fútbol.

Además, también vive el deporte en carne propia, ahí mismo en la cancha. Es entonces cuando deja la cámara de lado ponerse la camiseta (literalmente) del club Teniente Merino B de la Liga de Futbolito El Salar.

Fanática

¿Pero de dónde nace su pasión? Resulta que Kenia se crió con dos hermanos mayores que le traspasaron su emoción por el balompié.

"Ellos jugaban fútbol por Real Zaragoza y yo iba a verlos. Desde chica me empezó a picar el bichito, ya que ellos me enseñaron. Era como un intercambio, es decir, ellos jugaban conmigo a las muñecas o al tecito y yo a la pelota", nos dice Kenia, quien se encuentra sentada en las graderías de la cancha Oriente, algo así como su segundo hogar.

Y no sólo el de ella, sino que también el de su hija menor Diana. La joven que estudia en la enseñanza media, sagradamente acompaña a su mamá a tomar fotografías.

A veces, fácilmente son testigos de seis partidos en una sola jornada. Cuando le da sueño, no tiene ningún problemas en echarse a dormir en un rinconcito de la caseta de control de la cancha, la misma en donde cada fin de semana los encargados llevan todas las estadísticas y pormenores de los encuentros. Ella, también la ha acompañado a los nacionales.

Esa misma pasión es la que la llevó a tomar la cámara. Anteriormente, lo hacía para sacarle fotos a los niños de las infantiles, pero ahora ha tomado el trabajo más en serio. No hay pelotero que escape de su lente y para ello, hace poco acaba de terminar un curso de fotografía y así no tener ningún secreto en cuanto al manejo de la cámara.

"Primero eran los puros fines de semana, pero ahora saco fotos durante toda la semana", dice orgullosa y agrega que "la gente cree que uno gana dinero por hacer estas cosas y no es tan así, se gana pero no tanto. Más que todo, lo hago porque realmente me gusta", añade.

Por supuesto, el hecho de ser mujer y estar prácticamente rodeada en un mundo donde los hombres son la mayoría, le ha traído más de alguna anécdota.

Recuerda que hace poco en el estadio Mejillones y cubriendo el regional de selecciones, desde el público no faltó el que le gritó: "¡Anda a sacar la ropa que dejaste en la lavadora! ¡Anda a lavar los platos!" Pero eso se lo toma con humor, sin hacerse mayor problema.

Y mientras algunos son más complicados, otros la identifican como la "tía de las fotos", invitándola a las ligas. "Venga a tomarnos fotos acá me dicen algunos", agrega Kenia.

La mujer dice que tiene cuerda para rato y que seguirá en su ímpetu de llegar a todas las comunas de la región con sus fotografías, todo con la idea de promover el deporte.

Es entonces cuando se levanta de las graderías, camina hacia el pasto sintético del recinto que se ubica en la intersección de las calles Rendic con Montevideo. Se acerca hacia el círculo central y nuevamente levanta la cámara, fijando la vista por el visor y ajustando el lente, como si fuera un ritual, ese mismo que cada fin de semana realiza sagradamente para inmortalizar triunfos, derrotas y empates.